Un artículo de la revista universitaria Alma Mater que recoge el testimonio de estudiantes de la Universidad de La Habana (UH) que fueron detenidos y golpeados durante las protestas del 11J, fue duramente criticado por periodistas independientes cubanos.
“El texto [de Alma Mater] infiere, o eso entiendo yo, que hubo cuestiones infundadas o exageradas en el testimonio de Leo [Leonardo Romero Negrín, estudiante de Física de la UH]. A mí, en general, me pareció un pésimo artículo que, otra vez, legitima la represión”, consideró Ricardo Acostarana, columnista en Mujercitos Magazine.
Bajo el título de “Deudas”, el artículo prometido y publicado este martes por el medio de la oficialista Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) declaró su propósito de “contribuir a desentrañar los sucesos vividos por estos jóvenes aquel domingo” sin pretender “establecer verdades absolutas”.
“Nos guía, primero, el afán de que se haga justicia allí donde se cometió una violación, pero también el de apelar a la responsabilidad individual en la preservación de las normas cívicas, los deberes y derechos más elementales, del respeto a la verdad”, resaltó el medio oficialista, sin tener en cuenta que los agraviados por la represión desatada tras el 11J no son solo dos estudiantes universitarios, sino cientos de ellos; además de miles de cubanos víctimas de los abusos policiales y paramilitares, luego de la “orden de combate” dada por Miguel Díaz-Canel.
Para Alma Mater, los detenidos en las manifestaciones pacíficas que se desarrollaron a lo largo de la isla son mayoritariamente sujetos que cometieron alguna violación de las normas cívicas y que mintieron sobre los golpes, las torturas, las amenazas, los juicios sumarios y demás prácticas represoras y violaciones del orden jurídico que se han venido conociendo y denunciando.
“¿Por qué Alma Mater quiso hacer periodismo, una disciplina para la que no está concebido?... Si lo tuyo es la propaganda, quédate en lo tuyo, porque luego te salen esos textos con semántica represiva, sumamente vergonzosos, pero sumamente vergonzosos y hasta abyectos, peores que cualquier panfleto o nota oficial”, consideró el escritor y director de El Estornudo, Carlos Manuel Álvarez.
El testimonio de Leonardo recogido en la revista de la FEU, constituye para Álvarez una “revictimización” más. “Tan descaradas todas, que termina por enseñarnos que es mucho más saludable recibir el desprecio de la burocracia castrista que su supuesto interés genuino”.
Para Alma Mater, Romero Negrín “es el mismo muchacho que, el 30 de abril de este año, cuando un grupo de personas protestaron en las inmediaciones de una cola, enarboló unos carteles que decían: ‘Socialismo sí, represión no’ y ‘Derecho a tener derechos’”.
Las protestas de la calle Obispo, uno de los hitos de la solidaridad activa de la sociedad civil cubana, manifestada a favor de la vida de Luis Manuel Otero Alcántara, el líder del Movimiento San Isidro (MSI) que se había declarado en huelga de hambre y sufría un cerco policial brutal, no son para Alma Mater otra cosa que una protesta “en las inmediaciones de una cola”.
En sus comentarios al texto de esta revista, la periodista Elaine Díaz Rodríguez, directora de Periodismo de Barrio, subrayó la intencionalidad de lavado de cara y legitimación de prácticas represivas que movió a la publicación desde su comienzo hasta el final.
“La primera oración establece el tono del resto del texto. En ella, los tres autores, que ni siquiera estuvieron presentes en todos los sucesos que ocurrieron ese día, establecen la duda razonable sobre el testimonio de Leonardo. Ahí no se resiente el testimonio de las llamadas ‘fuentes oficiales’, que dejan de ser fuentes oficiales en el mismo momento en que son parte de la denuncia; sino que se resiente la veracidad del testimonio de Leonardo, porque claro, ‘las historias tienen mucho de quienes las cuentan’”, precisó la periodista.
Para Díaz, “la revictimización es clara”. Según sostiene en un análisis minucioso, las ideas y frases del artículo del medio oficialista pretenden establecer una verdad objetiva sobre los reclamos subjetivos de unos cuantos jóvenes confundidos por la adrenalina del momento.
“Los testimonios ‘difieren’, las autoridades competentes “investigaron”. Hay una jerarquía que se establece sobre la base de que el testimonio de Leonardo tiene falencias y las autoridades competentes son creíbles, veraces y no cuestionables. En ningún caso se cuestiona la veracidad de lo establecido por ‘las autoridades competentes’, aun cuando las autoridades competentes son sujetos actuantes en la injusticia, son parte de la denuncia”, subrayó.
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