El eminente doctor en Ciencias cubano Israel Borrajero Martínez, especialista de anatomía patológica, falleció este viernes en La Habana a los 91 años.
Al morir, Borrajero Martínez era académico titular de la Academia de Ciencias de Cuba, profesor consultante del hospital Hermanos Ameijeiras y profesor de mérito de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana.
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Diversos medios de prensa recuerdan la trayectoria del destacado médico y su labor en el desarrollo de la anatomía patológica en el país.
Según el portal Cubadebate, al morir era miembro del equipo de expertos que cada martes y jueves, desde abril de 2020, se reúne en el Hospital Hermanos Ameijeiras para analizar las autopsias de los fallecidos por COVID-19 que llegan desde varios centros del país y, para establecer un diagnóstico científico más calificado.
En conferencia de prensa este sábado, el doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología del MINSAP, lamentó su deceso y aclaró que no murió por coronavirus.
El fallecido médico nació el 16 de enero de 1930 en los campos de San José de los Ramos, en Matanzas. Hijo de pequeños agricultores y siendo único hijo varón, desde muy pequeño trabajó en las labores del campo para ayudar a sus padres. No pudo asistir a la escuela hasta los nueve años y terminó la enseñanza primaria a los 14 años, siempre alternando los estudios con la labor agrícola.
Con mucho esfuerzo y ayuda de sus familiares hizo el bachillerato en enseñanza por vía libre y en 1949 matriculó y aprobó el primer año de la carrera de medicina, también en esa modalidad. Hasta que en 1950 matriculó oficialmente el segundo año de la carrera y se fue a La Habana. A mediados de ese año entró como alumno interno en el hospital materno América Arias, y fue asignado al departamento de anatomía patológica. Así comenzó a destacarse en esa especialidad.
Durante los seis años que duró la carrera efectuó más de 2,000 autopsias perinatales, sin contar las de adultos.
Se graduó en 1956 y dos años después quedó al frente del departamento de anatomía patológica del hospital clínico quirúrgico de 26 y Boyeros.
Tras el triunfo de la revolución de 1959, le fue asignada la misión de formar nuevos médicos en la especialidad, labor que combinó con sus habituales responsabilidades asistenciales y científicas.
Según el semanario Cubadebate, en 1969 fue designado jefe del grupo nacional de anatomía patológica, para lo cual "organizó una actualización general de la especialidad en el país, en cuanto a especialistas, residencia en Anatomía Patológica, formación de técnicos, creación de nuevos departamentos y preparó una normación del trabajo que llevó a efecto en el año 1971, con la participación de todo el personal docente y especialistas de provincias".
Fue miembro titular de la Sociedad Latinoamericana de Patología y en dos ocasiones su vicepresidente y presidente, miembro de honor de la Sociedad Española de Citología y de su homóloga italiana, así como presidente de la división cubana de la Internacional Academy of Pathology.
En el año 2016 recibió la condecoración de Héroe del Trabajo de la República de Cuba y le fue otorgado el Premio al Mérito Científico por la obra de toda la vida, que otorga el Ministerio de Salud Pública.
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