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Carolina Barrero: los presos del 11J son mi prioridad, nada ni nadie me va a distraer de ellos

“Sin embargo, todo tiene un límite, un final, y no voy a permitir más la humillación, la profunda ilegalidad de este procedimiento”, afirmó indignada por el recrudecimiento del cerco que sufre a manos de la Seguridad del Estado y su arbitraria reclusión domiciliaria.

Carolina Barrero rotula una sábana con mensaje de protesta © Facebook / Carolina Barrero
Carolina Barrero rotula una sábana con mensaje de protesta Foto © Facebook / Carolina Barrero

Este artículo es de hace 2 años

La historiadora de arte y activista Carolina Barrero considera su prioridad luchar por la liberación de los detenidos tras las protestas del 11J y el resto de los presos políticos en Cuba.

“Si he permanecido tanto tiempo sin salir es porque los presos del 11 de julio merecen toda mi atención, todo mi respeto. Son mi prioridad, y nada ni nadie debe añadir más preocupación o distraer de ellos”, comentó en un post en el que también manifestó su hartazgo con el cerco policial que la mantiene en una ilegal y forzosa reclusión domiciliaria.

Arrestada este sábado por la policía política cubana, Barrero fue liberada en horas de la noche, según confirmó la artista y activista Camila Lobón. La detención se produjo en los bajos de su edificio, en plena calle y fue filmada y divulgada por Alfredo Martínez, amigo de la joven activista que en ese momento se encontraba de visita en su apartamento.

“Bajé a abrirle la puerta a Leonardo Fernández. Esta tarde venía junto a Daniel Triana a traer un poco de alegría a la prisión en la que han convertido mis días; una prisión que desde hace dos días comparto con mi querido amigo Alfredo”, relató Barrero en un post de Facebook redactado luego de su liberación.

Barrero y Martínez se encontraban esperando la visita del joven católico Leonardo Fernández Otaño, uno de los detenidos en la manifestación que protagonizaron varios jóvenes el 11J frente a la sede del antiguo Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), junto al también joven activista Daniel Triana.

La joven, en la mira de los represores cubanos desde su participación en las manifestaciones frente al Ministerio de Cultura del 27N y el 27ENE, lleva meses sufriendo un ilegal acoso policial, detenciones arbitrarias, reclusión domiciliaria y la violación sistemática de su derecho a la libre movilidad, libertad de expresión, reunión y asociación, entre otros derechos fundamentales.

Recientemente consiguió aprovechar un descuido de los represores para salir a caminar por la ciudad, un paseo que la llevó hasta la casa de sus amigas activistas –también cercadas por la Seguridad del Estado-, Camila Lobón y Katherine Bisquet, lo que llevó a las autoridades recrudecer la vigilancia y el hostigamiento sobre estas mujeres.

Como parte de esta nueva vuelta de tuerca represiva, Barrero ahora no puede recibir libremente visitas en su casa. Los agentes de la Seguridad del Estado que vigilan la entrada a su edificio bloquean el paso e identifican a quienes consideren pertinente, impidiendo a la joven contacto con sus amigos, incluso en su propia casa.

“Cuando abrí ya el agente estaba pidiendo el carnet de Leo. Se apartó para recibir autorización, y casi inmediatamente dijo: acompáñeme, no puede subir”, describió Barrero sobre los hechos que dieron origen a su protesta y posterior detención.

“Quise, y quiero, saber algo muy simple: qué ley les otorga la autoridad de retenerme presa en casa sin estar sometida a un proceso penal; pero sobre todo, qué autoridad les confiere el derecho de dictar sobre mis amigos, el mundo de mis afectos”, preguntó la joven, quien dijo preferir la cárcel de verdad a la simulación en que vive, especie de “limbo suspendido entre ilegalidad y delirio”.

Barrero confesó que ha permanecido con un perfil bajo en su activismo desde las manifestaciones del 11J, por respeto a los presos de esos días y por no querer desviar por ningún motivo la atención mediática que merecen y que podría verse atenuada si otros activistas como ella diesen prioridad a sus agendas, copando titulares y noticias.

“Sin embargo, todo tiene un límite, un final, y no voy a permitir más la humillación, la profunda ilegalidad de este procedimiento”, afirmó indignada. La situación de reclusión domiciliaria forzosa que padece la activista excede su paciencia por su ilegalidad manifiesta y su impune prolongación en el tiempo.

“La seguridad del Estado quiere, me lo ha dicho muchas veces, que me comprometa: que no salga, que no me manifieste, que no saque un cartel, que no tire una sábana, que no me pronuncie, que me vaya... Pueden venir dentro de 50 años, ya blanca en canas, y les diré lo mismo: mi compromiso es con la verdad y la justicia”, añadió.

Por último, le avisó a sus represores: “Son ustedes, seguridad del Estado, quienes tienen que decidir si van a someter a una persona, a todo un país, a la libertad de pensamiento, manifestación y expresión. Son ustedes quienes deciden si dejan ese cerco o no”, concluyó Barrero, pidiendo libertad para todos los presos políticos.

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Iván León

Licenciado en periodismo. Máster en Diplomacia y RR.II. por la Escuela Diplomática de Madrid. Máster en RR.II. e Integración Europea por la UAB.


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