El primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, insistió en que se deben tomar todas las medidas posibles para frenar la propagación del coronavirus para poder abrir el país y reactivar la economía, que depende fuertemente del turismo.
“Nosotros necesitamos ir abriendo el país, necesitamos ir reactivando la economía, necesitamos incluso ir dinamizando todo lo social y reincorporando a las personas, pero para eso tenemos que ver cómo logramos controlar esta situación”, indicó Marrero en la reunión del grupo de trabajo temporal del gobierno para el enfrentamiento de la pandemia.
Atravesando el peor pico de coronavirus en la isla, las autoridades cubanas parecen más preocupadas por cómo abrir el país al turismo y amortizar la fuerte inversión que durante años lleva realizando en su infraestructura hotelera y de servicios, que en frenar el ritmo de contagios, el colapso hospitalario y el descontrol de la situación epidemiológica.
Como ejemplo de que es posible reducir el impacto del virus en la población, el primer ministro puso el ejemplo de Matanzas y Ciego de Ávila, provincias que llegaron a tener el índice más elevado de incidencia del coronavirus, provocando el colapso hospitalario, y que ahora exhiben cifras de contagios muy bajas entre sus poblaciones.
“Matanzas lleva días por debajo de cien”, resaltó Marrero. “Se ha demostrado que se puede. Es muy importante el sistema de trabajo. ¡Con sis-te-ma-ti-ci-dad!”, enfatizó el primer ministro, pero sin especificar qué medidas o qué protocolos deben implementarse “sistemáticamente” para conseguir frenar el ritmo de contagios.
“Tenemos que tomar decisiones y actuar con sistematicidad, con mecanismos de control. Si no lo hacemos así no vamos a lograr acabar con esta situación”, indicó Marrero, un dirigente que recientemente fue blanco de la indignación del sector médico cubano por declaraciones suyas achacando a estos profesionales el descontento y la angustia de muchos cubanos con familiares enfermos y desatendidos. Sus palabras fueron objeto de réplica por profesionales de la salud que llamaron la atención sobre la responsabilidad del gobierno en la actual situación.
Pinar del Río es la provincia que atraviesa la situación más compleja en relación con el elevado número de contagiados de coronavirus, indicó Marrero, “llegando a 2 mil casos diarios”. Según el primer ministro, esta complicación se debe a que las autoridades provinciales no han tomado todas las medidas necesarias y al deficiente control de la movilidad en la provincia.
“En Pinar del Río es más fácil controlar la movilidad. Por ahí no se pasa para ir a ningún lado. Está en el extremo de la isla. Hay que conseguir que no salga ni entre nadie, reducir al máximo la movilidad”, explicó.
La propuesta resulta paradójica si la comparamos con las decisiones del régimen cubano sobre la apertura del país al turismo. Así como Marrero consideró que los pinareños lo tienen fácil, pues pueden adoptar restricciones a la movilidad en su territorio de manera más fácil que aquellas provincias centrales del país, el primer ministro obvió la conclusión que se desprende de su razonamiento: lo mismo podían haber decretado las autoridades cubanas y cerrar las fronteras de la isla para evitar la introducción de nuevas cepas con el turismo y los viajeros.
Días atrás, el ministerio de Turismo de Cuba (MINTUR) publicó un breve comunicado donde anunció que las fronteras de la isla se abrirán "gradualmente" a partir del 15 de noviembre de 2021.
“Teniendo en cuenta el avance en el proceso de vacunación en Cuba, su efectividad demostrada y la perspectiva de que más del 90% de toda la población concluirá los calendarios de vacunación en noviembre; se preparan las condiciones para abrir gradualmente las fronteras del país a partir del 15 de noviembre del 2021”, dijo el ente oficialista.
Necesitados in extremis de captar divisas, el régimen cubano busca activar el principal sector de su economía que, junto a las remesas y la contratación de profesionales de la salud en condiciones de “esclavitud”, constituyen sus principales fuentes de ingresos.
“Con el avance de la vacunación debe de tender a mejorar muchísimo. Y hablo que los pronósticos, estamos hablando de septiembre, octubre, y llegar a noviembre con una condición realmente incuestionable. Hay que tener confianza, hay que tener fe; nosotros la tenemos, la necesitamos", expresó Juan Carlos García Granda, ministro de Turismo de Cuba, reconociendo que la medida preocupaba a muchas personas, teniendo en cuenta de que, hasta el momento, no llega al 40 el porciento de cubanos que han completado el esquema de inmunización de tres dosis.
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