La cubana residente en México Maureen Amaro Fernández denunció ante la fiscalía de la colonia capitalina de Miguel Hidalgo las agresiones y robos -incluido un libro con 500 firmas por la libertad de Cuba- que sufrieron ella, su hijo de 15 años y otros ocho compatriotas, a manos de las turbas castristas, durante la reciente visita del presidente Miguel Díaz-Canel.
Balbina, Samantha, Poni, Cindy, Yosvany, Tony, Jorge, Nelson y Maureen crearon un movimiento espontáneo para denunciar las violaciones de derechos humanos en Cuba, como apoyo a las protestas del 11 de julio, cuando acudieron a la embajada de La Habana en Ciudad de México, en solidaridad con los rebelados en la isla.
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"No tenemos miedo y vamos a seguir luchando por la libertad de Cuba", declaró Maureen Amaro, que reconoció sintió temor cuando vio a su hijo de 15 años, rodeado de hombres y siendo golpeado, pero el propio Hugo, ya en comisaría, la tranquilizó, diciéndole que no debían temer y mantener la lucha.
Al enterarse de la visita de Díaz-Canel, se manifestaron ante la Secretaría (ministerio) de Relaciones Exteriores de México, protestando por la acogida oficial al representante de la dictadura más antigua de Occidente; y al día siguiente acudieron a manifestarse frente a la representación diplomática de la isla, donde encontraron turbas paramilitares.
Amaro procedió a descargar de su vehículo un stand que usan en sus manifestaciones y el libro con 500 firmas mexicanas a favor de la libertad de Cuba; pero fue agredida con golpes, separan a su hijo Hugo, de 14 años, de ella, al que golpearon en las costillas con un palo, como certificó el médico que lo atendió.
Los agresores -entre los que estaban miembro de la asociación José Martí, promovida por el gobierno cubano- se apoderaron del stand, del libro de firmas, de equipos de grabación y megáfonos con el hasthag +SOSCUBA+, que llevaban Maureen y los otros ocho cubanos que protestaron contra la visita de Díaz-Canel y enfrentaron a la porra comunista, movilizada por La Habana.
La denuncia ante la Fiscalía de Miguel Hidalgo, en Ciudad de México, valora los objetos sustraídos en 50 mil pesos mexicanos, unos 2.491 dólares norteamericanos, al cambio oficial.
Otros cubanos residentes en México también protestaron en zonas céntricas de la capital, como la promovida por el comunicador José Raúl Gallego, en las inmediaciones de la plaza del Zócalo y frente a la embajada cubana, a la que acudieron Anamely Ramos, miembro del Movimiento San Isidro, la rapera Keren Kmanwe y el cantautor Pancho Céspedes.
Además de las protestas de cubanos residentes en México, Díaz-Canel tuvo un enfrentamiento con el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou; y tuvo que escuchar al mandatario de Ecuador, Guillermo Lasso, reivindicar la libertad y los derechos humanos en América Latina, durante la reciente cumbre de la CELAC, ante la que defendió "diversidad en la unidad".
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