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La cifra de sanitarios fallecidos por COVID-19 en Cuba es una de las zonas oscuras de los datos del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) que, junto al número de camas en Unidades de Cuidados Intensivos y los respiradores mecánicos -también ausentes en las estadísticas oficiales-, contribuyen a analizar cómo el país ha manejado la pandemia; razón por la cual se hace necesario registrarlos.
El 28 de enero el doctor Francisco Durán, director nacional de Epidemiología del MINSAP, reportaba el "primer médico” fallecido en Cuba a causa del coronavirus, sin dar detalles que revelaran su identidad. El galeno, de 49 años, habría muerto el 27 de enero.
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Al día siguiente, en el parte del 29 de enero, el doctor Durán ofreció disculpas al pueblo de Cuba por omitir que la paciente de Guantánamo reportada como fallecida el día 25 era médico. Aunque tampoco dio su nombre, más tarde se supo que se trataba de la doctora Kenia Rojas, radióloga de esa provincia.
Sin embargo, el 17 de enero había muerto en Matanzas el doctor Leovaldo Núñez Valdés, especialista en Higiene y Epidemiología y Profesor de la Universidad de Ciencias Médicas de esa provincia, quien, aseguran allegados al galeno a CiberCuba, falleció por complicaciones de la COVID-19.
Ante la falta de transparencia del MINSAP, CiberCuba ha hecho acopio de las condolencias de familiares y amigos en redes sociales, fundamentalmente, y se ha servido de un listado del Gremio Médico Cubano Libre para intentar contabilizar y, sobre todo, nombrar a los sanitarios que han muerto por coronavirus en la isla.
Hasta el momento, se han podido contabilizar 66 sanitarios que han perdido la batalla contra la COVID-19 en Cuba. De ellos, se ha logrado precisar la fecha de muerte de 51: tres en enero, uno en febrero, dos en abril, tres en junio, 13 en julio y 16 en agosto.
Entre las pérdidas más sentidas de este último mes, figura el reconocido psiquiatra cubano Sergio Andrés Pérez Barrero, fundador de la Red Mundial de Suicidiólogos, y admirado por su actitud frontal en la defensa de los derechos humanos. En lo que va de septiembre, ha trascendido la muerte de 13 sanitarios.
51 también es el número de trabajadores de la salud vacunados con el esquema completo de facturación cubana, de acuerdo con los registros del Gremio Médico Cubano Libre que se nutre, a su vez, de reportes de colegas y la prensa independiente.
Salvo alguna que otra excepción, como el fallecimiento del inmunólogo Gustavo Sierra en abril, los reportes televisivos del ministerio de Salud Pública han ocultado la identidad y la cifra de muertes del personal de salud. Los sitios oficiales del ministerio, así como medios de prensa estatales e instituciones sanitarias solo mencionan casos aislados que, por general, suelen ser los más mediáticos, y rara vez detallan la causa de muerte.
Existen también los sanitarios que han fallecido por coronavirus mientras cumplían contratos estatales en el extranjero y se han podido contabilizar, con nombres y apellidos, a una decena de ellos que laboraban en Venezuela, Brasil, Ecuador, Tanzania y Angola.
Basados en estos datos, en su mayoría extraoficiales y, en algunos casos, imprecisos, Cuba ha perdido, al menos, 76 profesionales a causa de la pandemia (la mayoría en cuestión de ocho meses), pero también por la falta de medios de protección, medicamentos e insumos médicos necesarios para frenar la propagación del virus.
Al momento de publicar este trabajo, el MINSAP no ha respondido a la solicitud de CiberCuba de información sobre la cifra de trabajadores de la salud cubanos fallecidos por coronavirus.
Durante los primeros 10 meses de pandemia, las autoridades se habían jactado de no tener en sus estadísticas un solo galeno fallecido desde que se diagnosticara el primer caso positivo en marzo de 2020. Sin embargo, lo peor estaba aún por llegar.
Algunos médicos intentaron advertir a las autoridades de que la situación sanitaria se estaba volviendo compleja en el país. Uno de ellos fue el doctor Alexander Jesús Figueredo Izaguirre, quien en marzo denunciaba la falta de recursos para el enfrentamiento a la pandemia en Granma, razón por la cual fue expulsado del sistema de salud en medio de la crisis epidemiológica. Algo similar vivieron Alexander Pupo Casas, Noeima Rodríguez y otros galenos que se encuentran bajo acoso de la Seguridad del Estado.
En aquel momento, los casos de COVID-19 iban en ascenso y, con ellos, la presencia en la isla de cinco variantes o cepas de coronavirus, incluida la Delta, una de las más letales.
Los reportes de fallecimientos en centros de aislamiento y por falta de ambulancias, la escasez de medicamentos y de oxígeno, la agudización de la crisis económica a raíz del fiasco de la Tarea Ordenamiento, así como la imposición de la Moneda Libremente Convertible para acceder a artículos de primera necesidad, desembocaron en las protestas del 11 de julio. Entre gritos de “¡Libertad!” y “¡No tenemos miedo!” también se escucharon demandas de vacunas y medicinas.
El 19 de julio Cuba alcanzaba la tasa de infección per cápita más alta de coronavirus en las Américas (55 personas contagiadas por cada 100 mil) y el 20 de julio el Ministerio de Salud Pública dejó de ofrecer detalles sobre los fallecidos, ante el aumento de decesos.
Para el primero de agosto Cuba reportaba 87 fallecidos y 9,747 nuevos contagios. En su conferencia de prensa, el doctor Durán lo calificó como “el día más triste de la pandemia”. Dos días después, 9,629 nuevos casos fueron diagnosticados y 80 fallecidos, entre los que se mencionaron dos muertes maternas.
Ya para el 4 de agosto, el país informaba la cifra récord de 98 fallecidos y 9,363 nuevos casos de coronavirus. El acumulado total de decesos desde marzo de 2020 aumentaría a 3,091 y de diagnosticados a 422,614.
Imágenes de enterramientos masivos comenzaron a circular en las redes sociales como testamento del colapso de los servicios funerarios en varias provincias del país. En Guantánamo, el director de Servicios Comunales de la provincia, Ihosvany Fernández Fernández, admitió en la televisión local que durante los primeros cinco días de agosto habían muerto 200 personas. El promedio diario de decesos se había disparado de 12 a 70.
En Santiago de Cuba se habilitaron cementerios en las afueras de la ciudad, como el de la localidad de Juan González, para suplir la demanda de sepulturas y en Holguín se ampliaba el camposanto de Mayabe y se construían fosas colectivas. Las actas de defunción no siempre mencionaban el COVID-19 como la causa de muerte, pero lo cierto es que las autoridades aún deben una respuesta del luto que vistió al país por esos días.
La baja disponibilidad de test rápidos y PCR en el país, y dificultades en su procesamiento, reconocidos incluso por las autoridades, pudo explicar la diferencia entre morir por coronavirus y morir de “neumonía”. No es casual que agosto registre la cifra más elevada de sanitarios fallecidos, según la información disponible en este momento.
La compleja situación de aquellos días impulsó a casi medio centenar de médicos holguineros a denunciar la falta de medicinas, insumos médicos y medios de protección en los días 15 y 18 de agosto. El sistema de salud había colapsado.
Desde el pico pandémico del 24 de agosto hasta el 14 de septiembre los casos positivos se habían reducido en un 25% y los PCR en un 10%. Este 24 de septimbre, el MINSAP reportaba un ligero incremento de pruebas diagnósticos a la COVID-19, con relación al día 14, y, en consecuencia, aumentaron tímidamente también los casos de coronavirus.
Mientras tanto, con un 38% de la población vacunada con las tres dosis de inmunógenos cubanos (y chinos), las autoridades esperan vacunar al resto de la población para finales de este 2021, incluyendo a niños de dos años de edad y menores. Sin embargo, la muerte de trabajadores de la salud por causas asociadas a la COVID-19, lamentablemente, sigue siendo noticia.
Este viernes CiberCuba reportó el fallecimiento por coronavirus del doctor Francisco Juan Pérez Llabona, pediatra de Pinar del Río. Tenía apenas 30 años.
A continuación, reproducimos un listado en orden alfabético de los profesionales de la salud fallecidos desde enero hasta hoy, al menos, de los que esta redacción tiene noticias. CiberCuba no ha podido contrastar la totalidad de los sanitarios que aquí se mencionan.
- Alberto Dorta Contreras (Doctor en Ciencias de la Salud, La Habana)
- Alberto (Higiene y Epidemiología, Ciego de Ávila)
- Aldo Sigler Villanueva (Oftalmología, Ciego de Ávila)
- Alfredo Emilio Morales López (Enfermero Intensivista, Camagüey)
- Aracelis Arias (Enfermera, Granma)
- Arian Bajuelo Jorge (Medicina Interna, Camagüey)
- Armando Lozano Guadarrama (Ginecología y Obstetricia, La Habana)
- Armando Rivero León (Cirujano, Ciego de Ávila)
- Arturo Columbié (Oftalmología, Guantánamo)
- Carlos Vázquez Subit (Medicina Interna, Villa Clara)
- Charles Magrans Buch (Nefrología)
- Claudio Puente Fonseca (Cirugía Pediátrica, Santiago de Cuba)
- Diana Rosa Saborido Rodríguez (MGI, Villa Clara)
- Elvia Creme, (Granma)
- Enrique Jesús Menéndez García (Gastroenterólogo, Holguín)
- Estonia Lozano (MGI, Guantánamo)
- Fernando Cartaya (Pediatra de Colón, Matanzas)
- Francisco Fidel Llorente Llanos (Cirugía General, La Habana)
- Francisco Juan Pérez Llabona (Pediatría, Pinar del Río)
- Francisco Sánchez Pérez (Pediatría, Villa Clara)
- Frank Sarmiento Leyva (Residente Neurología, Holguín)
- Franklin K. Perry Berwik (Anatomía Patológica, Guantánamo)
- Geovannis Delisle Cobas (MGI, Guantánamo)
- Graciliano Díaz Bartolo (MGI, Santiago de Cuba)
- Gustavo Sierra (Inmunólogo, La Habana)
- Idania Reyes Matos (Higiene y Epidemiologia, Guantánamo)
- Iraida De Armas (MGI, Pinar del Rio)
- José Antonio Susavila (Guantánamo)
- José Esteban Garcés Benítez, (Pediatría, Granma)
- José Rafael Jiménez Despaigne
- José Pelegrín (Ginecología y Obstetricia, Santiago de Cuba)
- Juan Antonio Delgado López (Ortopedia y Traumatología, Guantánamo)
- Julio César Velázquez (Holguín)
- Kenia Rojas (MGI, Imagenología, Guantánamo)
- Lázara Orduña González (Medicina del Trabajo)
- Leovaldo Núñez Valdés (Higiene y Epidemiologia, Matanzas)
- Lorenzo Díaz Rodríguez (Ortopedia y Traumatología, Artemisa)
- Magaly Blondín Dorta (Pediatra, Holguín)
- Mairales Titto Founier (Enfermero)
- Margarita Susavila (Cirugía Maxilofacial, Guantánamo)
- Marisel Leguen Yague (Otorrinolaringología, Guantánamo)
- Martha Hernández (Enfermera, Holguín)
- Mayra Rodríguez Martínez (Oftalmología, Ciego de Ávila)
- Miguel Ángel Berrillo Romero (Medicina Interna, Holguín)
- Miguel Orlando Vaca Sánchez (Enfermero, Guantánamo)
- Miguel Junco Bonet (Intensivista, Camagüey)
- Nancy Pérez (Laboratorista, Holguín)
- Norvis (Ginecología y Obstetricia, Matanzas)
- Orlando Comendador Comendador (MGI, Las Tunas)
- Oscar José Vera Cabezas (Villa Clara)
- Osmar Paz Rodríguez (Cirugía General, Villa Clara)
- Pedro Vilorio Barrera (Cirugía Pediátrica, La Habana)
- Raidel Martínez Rodríguez (Pediatría, Artemisa)
- Raiza Larroman (MGI, Guantánamo)
- Ralfis Armando Carbot Sánchez (Ginecología y Obstetricia, Jovellanos, Matanzas)
- Reynaldo Mañalich Coma (Nefrología, La Habana)
- Roberto Martínez (Psiquiatra)
- Rolando Batista González (Cardiología, Holguín)
- Raúl Candebat Candebat (Ortopedia, La Habana)
- Serafín Guilarte Sánchez (Medicina Interna, Granma)
- Sergio Andrés Pérez Barrero (Psiquiatra, Granma)
- Solís (Técnico de Anestesia, Ciego de Ávila)
- Tony Rodríguez (Residente Cirugía, Mayabeque)
- Vianey Fernández Velázquez (Ginecología y Obstetricia, Cienfuegos)
- Yakelin (Laboratorista, Ciego de Ávila)
- Yudelsy Andrea Tamayo (Santiago de Cuba)
Sanitarios cubanos fallecidos por COVID-19 en otros países
- Eugenio Suárez Utria (Ecuador)
- Francisco Matos, (Dermatología, Angola)
- Héctor Pablo Morales Pardo (Brasil)
- Ireyi Dilu Sánchez (Se desempeñaba como médico en Venezuela)
- Leonel Rafael Batista Hierrezuelo (Intensivista, Venezuela)
- Orlando Quintana (Cardiología, Venezuela)
- Pedro Antonio Milán Barreiro (Ortopedia, Venezuela)
- Ronal Williams Guillén Hodge (Dermatología, Tanzania)
- Rubén Darío Casanova (Urología, Honduras)
- Yoel Rodríguez (Enfermero, Venezuela)
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