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Que Randy Arozarena nació para jugar pelota en octubre, es un hecho. Lo dejó claro el año pasado cuando impuso un aluvión de records para postemporada, y hace unas horas, en el arranque de la Serie Divisional entre Rays y Medias Rojas, volvió a hacer de las suyas al convertirse en el primer jugador que conecta jonrón y se roba el home plate en un partido de playoff.
Como lo lee. El pinareño entró en juego anotando en el inning de apertura, en el quinto disparó un largo cuadrangular que dijo adiós al Tropicana Field por la banda de la izquierda, y en el séptimo apuntaló la faena estafándose el plato. Además, su receta incluyó dos boletos y otras dos carreras anotadas.
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Así, Arozarena dio el aviso de lo que se avecina, y de momento ya acumula 11 bambinazos en la instancia crucial de los campeonatos ligamayoristas, una cifra inédita para peloteros cubanos.
"Cuando entra en la postemporada pasa a otro nivel", dijo su compañero de equipo Nelson Cruz en declaraciones citadas por MLB.com.
Aludiendo a sus ya célebres botas de la suerte, el outfielder cubano señaló que "me las puse antes del juego como hice antes del inicio del playoff del año pasado. Logré un jonrón, lo cual demuestra que la magia está funcionando".
En la postemporada 2020 Arozarena largó 10 vuelacercas y 29 hits en 77 turnos, remolcó 14 carreras y anotó 19.
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