El humorista Limay Blanco y los integrantes del proyecto “Cristo cambia vidas” donaron a Maritza Campbell Acosta, residente en Consolación del Sur, Pinar del Río, una silla de ruedas que le permitiera continuar su vida con normalidad.
Blanco dijo a CiberCuba que gracias a la donación económica de otras personas fue posible comprar la silla de ruedas para la cubana, así como un televisor y un aspirador de secreciones a un joven de Pinar del Río que se lesionó la columna vertebral en un accidente.
Contactamos con Campell Acosta y expresó a este medio no solo el agradecimiento a Dios y Limay por sus acciones caritativas, sino por la posibilidad que le dan a otros cubanos de recibir ayudas que muchas veces no se encuentran por otras vías.
La cubana depende de una silla de ruedas porque en 1993 tuvo un accidente doméstico en Angola que le afectó las vértebras D7 y D8, paralizando casi todo su cuerpo.
"Lo único que puedo mover son las manos. Las sillas son mis piernas”, confesó Campbell Acosta, y dijo que llevaba meses esperando para comprar una en la farmacia, pero la situación del coronavirus lo complicó todo.
La mujer confesó que estuvo dispuesta a vender su televisor y pagar hasta 10,000 pesos por una silla de ruedas en el mercado informal, pero en eso le llegó el regalo de Limay, que ahora exhibe con orgullo.
“Las sillas a mí me duran poco porque las tengo que usar para todo, ir a la bodega, a la farmacia, hacer las cosas en la casa, y no es que yo sea obesa, pero tampoco soy delgada”, confesó.
Conversando con Limay Blanco y el proyecto "Cristo cambia vidas”, dijo que la experiencia de ayudar a otros cubanos, lejos de lo que muchos imaginan, a él le produce un gran dolor, porque todos los días llegan a su teléfono mensajes de familias desesperadas con problemas graves.
“Desde la madre que necesita una batidora para triturar a su hijo que no puede comer sólidos, hasta personas que viajan de un extremo al otro de la isla para ver si consiguen una caja de Paracetamol. Todo eso me causa un profundo dolor, porque por cada ayuda que damos aparecen muchos otros casos”, dijo profundamente consternado.
El humorista cubano, que se convirtió al cristianismo en junio de 2019, dijo además que ser testigo de todos esos problemas le provoca en él una profunda depresión, porque se siente incapaz de ayudar a todos.
“Esta semana tuve que ir al médico porque me dio un ataque de pánico y pensé que me moría. Es normal al ver las fotos de tantos niños enfermos y leer los mensajes de tantas personas necesitadas. Incluso llego a tener pesadillas todos los días, sueño que mi familia está enferma y no puedo hacer nada por ellos”, confesó.
Sentado en el contén de su casa, alejado de todos por unos minutos, no solo contó a CiberCuba el dolor que experimenta ante tanta necesidad, sino sus deseos más personales.
“Ahora mismo me gustaría salir con mi hijo de pesca, a un lugar donde estemos solo nosotros dos y cuando regrese saber que nada de esto ha pasado y la gente ya no necesita medicinas, y puede comprar todo lo que desee, ni tenga que pasar horas en una cola”, dijo.
Blanco, que ha regalado viviendas, medicamentos, equipos médicos y electrónicos, y dinero a aquellos cubanos que no tienen nada ni nadie que les extienda una mano, sueña con que llegue un día en que todo eso deje de ser la realidad de los cubanos.
Le preguntamos qué es lo que más le gustaría regalar y no duda ni un segundo en responder: Biblias.
“Me encantaría regalar Biblias a todos, no medicinas, porque cuando llegue ese momento la gente solo tendrá problemas espirituales, y es ahí cuando realmente yo me sentiré feliz porque ahora mismo, sufro mucho con lo que veo día a día”, finalizó.
El proyecto “Cristo cambia vidas” es una iniciativa familiar a la que se sumaron otras personas, tanto dentro como fuera de Cuba. Gestionan todo tipo de ayudas y coordinan el envío de medicamentos y la donación de dinero para adquirir en la isla y llevarlo a aquellas personas que lo necesitan.
Una gran parte de estas ayudas provienen de Estados Unidos, donde otro grupo coordina a través de la iglesia el envío de contenedores cargados de insumos, que son repartidos posteriormente.
Esto es posible, a pesar del embargo, gracias a que los Departamentos de Comercio, Tesoro y Transporte de Estados Unidos autorizan el flujo de estas ayudas humanitarias a través de ciudadanos y organizaciones religiosas, tal y como informó recientemente el Gobierno de ese país.
“Este ha sido y seguirá siendo nuestro compromiso y nuestra política”, aseveró Brian A. Nichols, subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado.
Limay Blanco, conocido también como Muñi Muñi, es un humorista cubano nacido en el reparto Silvio Caro, Bahía Honda, municipio de Pinar del Río. De orígenes muy humildes ha manifestado en varias ocasiones que su casa tenía piso de tierra y que sus faltas de ortografías se deben a que iba a la escuela a “hacer cuentos”
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