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La activista cubana Claudia Genlui, novia de Luis Manuel Otero Alcántara, reveló detalles de la visita que le hiciera en la prisión de máxima seguridad en Guanajay al artista, quien le aseguró que "está bien, pero también está listo".
La joven publicó en la revista El Estornudo que por primera vez desde el 11 de julio, cuando Otero Alcántara fue detenido en La Habana, pudo ver al artista en la cárcel.
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Allí, después de una huelga de hambre y de varios días en celdas de castigo, el activista envió un mensaje a los cubanos: "Él quiere que todo el mundo sepa que está bien, pero que también está listo", aseguró Genlui.
El encuentro ocurrió el pasado 21 de octubre, en lo que la joven curadora de Arte consideró "un día difícil".
Afirma Genlui que la familia fue notificada para que fuera a visitar al artista, pero la Seguridad del Estado le había advertido que ella no podría pasar a la visita porque no era parte de la familia.
"Salí por la puerta de mi casa con una sola cosa clara: necesitaba ver a Luis Manuel", dijo Genlui, quien se personó en la prisión junto a una hermana de Otero Alcántara y su tío Enix Berrio.
"Llegamos a la prisión (...) Me invadió una tristeza enorme al ver allí a los familiares de otros detenidos. Pensé en esos presos que por más de un año no habían visto a sus seres queridos. La Prisión de Máxima Seguridad de Guanajay no es un centro penitenciario común. Hay personas condenadas hasta 30 años. No todos allí son asesinos. Hay muchos por cuestiones políticas", dijo la activista.
Explica que las autoridades llaman de acuerdo con una lista de presos que tienen visitas autorizadas y que finalmente, cuando tocó el turno a la familia, los entraron a un salón "de un verde grisáceo horrible" que olía a cloro, y donde las personas "te miran con una indiscreción que te desnuda".
"Lo primero que me preguntaron fue si yo era su esposa. Lo confirmé. Después me tomaron la temperatura, pidieron mi carnet de vacunación y me dijeron que con el pulóver que llevaba no podía pasar", por lo que tuvo que ponerse el pulover de Berrio, relató.
Genlui fue llevada a una oficina donde estaba "un oficial gordo vestido de civil y tres mujeres uniformadas" que la obligaron a desnudarse.
"Ella (una oficial) me pidió que pusiera las cosas sobre la mesa y que me desnudara. No me explicó el por qué de esa orden y yo tampoco pregunté. En el fondo me había preparado para eso. La desnudez no es un problema para mí, y sentí aquello como un reto: ellos pretendían ponerme nerviosa, desnudarse era, en sus mentes, una humillación", afirmó.
Cuenta que después pensó que debía haberse negado y pedir una explicación al respecto, pero "solo quería ver a Luis".
"Estaba dispuesta a casi todo. Me quité la ropa. El blúmer y el ajustador también. Hasta me quedé descalza. Por alguna razón el nerviosismo desapareció. La mujer apenas me miraba. Yo puse las manos en la cintura. Le mostraba mi cuerpo con admiración y sentía pena por ella, porque se veía obligada a hacer algo que evidentemente no quería hacer. Me pidió que hiciera cuclillas y que pujara. Lo hice. Me levanté y continué desnuda. Pude haberme puesto las prendas que ya había revisado. Pero yo estaba cómoda, y ella no", relató.
Los agentes del régimen revisaron todo, la comida, los panes, y le dijeron que le hacían «un favor» dejándola estar allí y que la estaban tratando «muy bien». Sin embargo, no dejaron pasar a Berrio, un tío que "arroja luz sobre su sobrino" y que ha estado a cargo de Luis en los momentos más difíciles del último año.
La joven narra el momento en que sintió la voz de Otero Alcántara. "Apenas podía dejar de temblar. Sentí su voz. La voz de Luis es una de las cosas que más fuerza ejercen sobre mí. Amo, entre otras cosas, escucharlo", expresó.
Dice que en el abrazo los dos se reencontraron. "Él repetía que me amaba, y que me había extrañado como nunca", dijo ella.
En la visita comentaron sobre los próximos pasos para su liberación y las decisiones que deben ser tomadas próximamente.
Al final de la visita a Genlui le quedaba claro solo el amor. "Nos amamos. Y yo, todos/todas vamos a luchar por su libertad. Él lo sabe", aseguró.
Ese día Otero Alcántara le entregó algunas obras que ha hecho en la prisión y una carta, donde le confirma que será fuerte en la prisión, pero que si no resistiera, le dejaba una puerta para reencontrarse.
"Luis sabe que yo necesito esa puerta. Sabe que cuando la abra él estará del otro lado esperándome. La última vez que Katherine Bisquet y yo nos vimos, ella dijo que me parecía mucho a él. Creo que, de alguna manera, estemos donde estemos, siempre vamos a estar juntos", dijo Genlui.
Otero Alcántara fue detenido en las manifestaciones del 11 de julio en La Habana. Desde entonces su familia no había podido visitarlo en la prisión y solo habían sabido de él por llamadas telefónicas donde les confirmó hace algunas semanas que estaba en huelga de hambre.
Con su salud debilitada debió deponer la protesta días después. Recientemente la artista Tania Bruguera afirmó que varios activistas se encuentran presionando y negociando con el régimen cubano para que lo libere, atendiendo a su deteriorado estado de salud.
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