El Arzobispado de Camagüey, y en particular el padre Alberto Reyes Pías, sufrieron este lunes un acto de repudio frente a su sede, organizado por las autoridades provinciales e instigado por el Partido Comunista de Cuba (PCC).
“El Arzobispado de Camagüey no estuvo exento de los actos de repudio que organizó el régimen con pequeños grupos de sus simpatizantes. Dentro del Arzobispado estaban el Padre Alberto Reyes y el Arzobispo de Camagüey Mons. Willy Pino”, denunció un usuario en Facebook, compartiendo videos y fotografías del bochornoso espectáculo.
Reyes, sacerdote que habitualmente se expresa de manera crítica con la situación del país y señala a sus responsables, es una figura incómoda para las autoridades cubanas. Frente a su honestidad y valentía para manifestarse libremente, y su decisión de salir a acompañar al pueblo en la marcha del 15N, el régimen cubano ensayó una vez más su estrategia de movilizar una turba para intimidarlo e intentar silenciarlo.
Este lunes estaba prevista la celebración de la Marcha Cívica por el Cambio convocada por la plataforma Archipiélago, a la que las autoridades del régimen totalitario declararon ilegal e ilegítima. La militarización del país, el despliegue de miles de represores vestidos de civil y la violencia institucionalizada por la Seguridad del Estado, impidieron que los manifestantes salieran masivamente a las calles.
Todo ciudadano cubano marcado por la Seguridad del Estado por sus opiniones y creencias políticas, tuvo este lunes una vigilancia policial frente a su domicilio o un acto de repudio, en función de su visibilidad y liderazgo. Dos características sobresalientes en el caso del padre Alberto Reyes, un sacerdote admirado por los jóvenes y fieles en general.
“Quien agrede al arzobispado de Camagüey, no solo está agrediendo a un sacerdote, sino a toda la comunidad cristiana de la provincia y del país”, indicó el periodista independiente de La Hora de Cuba, Henry Constantin, en un reporte sobre el acto de repudio sufrido este lunes por las autoridades eclesiásticas camagüeyanas.
La infame concentración tuvo lugar sobre las 2 de la tarde, cuando solo faltaba una hora para acudir al llamado de la convocatoria de Archipiélago, saliendo pacíficamente a las calles vestidos de blanco.
Entre los asistentes al acto de repudio, el periodista camagüeyano nombró al primer secretario del PCC en la provincia, Ariel Santana Santiesteban, cuyo vehículo oficial identificó junto a la turba en imágenes de video captadas desde una azotea cercana al Arzobispado.
Su participación en el mitin de repudio también parece indicar que la muerte por desnutrición de 41 mil reses el año pasado tampoco está entre las prioridades del primer secretario del PCC en la provincia, a pesar de que en marzo declaraba que “es nuestra responsabilidad mantener a Camagüey como baluarte de la ganadería en Cuba”.
Este domingo, el padre Alberto Reyes, párroco de la Arquidiócesis de Camagüey, denunció las amenazas del gobierno cubano contra sacerdotes cubanos que expresaron abiertamente su intención de sumarse a la Marcha Cívica por el Cambio.
“Se me acaba de comunicar del llamado para informar que ellos tienen conocimientos de la intención del padre Rolando Montes de Oca, el padre Castor José Álvarez [Devesa] y mía, de participar mañana en la manifestación del 15N. Y que ellos informan que si participamos en esta manifestación vamos a ser detenidos”, aseguró el padre.
El padre Alberto Reyes viene publicando en Facebook desde hace algún tiempo sus “Crónicas del Noroeste”, en las que denuncia la realidad que vive el pueblo cubano, que conoce muy bien por su contacto con sus fieles, y denuncia el sistema político y la falta de libertades en la isla.
“Un gobierno puede reprimir a una persona, en un lugar, en un momento, pero no puede reprimir a todas las personas, en todos los lugares, en todos los momentos”, dijo el sacerdote a finales de enero.
A principios de año, el sacerdote arremetió contra el régimen cubano y denunció la arraigada impunidad del “grupo de poder que controla los destinos de mi tierra desde hace 62 años”.
“La impunidad es la posibilidad de jugar a ser Dios”, advirtió. “Hundieron el remolcador 13 de Marzo, con niños dentro…, y no pasó nada. (…). No salimos de una crisis económica para entrar en otra…, y no pasa nada. Los jóvenes, el futuro de esta patria, emigran continuamente…, y no pasa nada. Se utiliza a los profesionales como mano de obra barata y se les priva del fruto de su trabajo…, y no pasa nada”.
El resultado es siempre el mismo: “Y no pasa nada”. De hecho, “se le sigue llamando ‘Revolución’ a una dictadura…, y no pasa nada”, afirmó el sacerdote el día 1 de enero.
¿Qué opinas?
VER COMENTARIOS (3)Archivado en: