El doctor Alexander Jesús Figueredo Izaguirre ha sido inhabilitado para el ejercicio de la medicina en Cuba por tiempo indefinido, por “difundir criterios y opiniones que menoscaban el prestigio y principios de la salud pública cubana y sus profesionales”, se lee en la notificación oficial firmada por el ministro del sector José A. Portal Miranda y entregada este 23 de noviembre al galeno.
El documento, fechado desde el 23 de septiembre de este año, se vale del artículo 147 del Código de Trabajo y de la resolución no. 282 de 2014 y apela a cuestiones de índole política para prescindir de un profesional de la salud en Cuba, en momentos de pandemia.
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Al doctor se le acusa de "manipular y denigrar al sector...ventilando carencias existentes dentro del sector, mostrando una actitud inobservante de los principios éticos" que han ocasionado, según las autoridades de salud, "un daño moral" a la imagen de la salud en Cuba. La notificación advierte que lo anterior que puede ser “constitutivo de delito”.
Especialista de primer grado en Medicina General integral y residente de Urología, Figueredo Izaguirre denunció en marzo la muerte por negligencia médica de su abuelo, ha sido un crítico de la depauperación del sistema de salud, del régimen, el mal manejo de la pandemia en la isla, y se ha pronunciado por sus colegas impedidos de entrar a Cuba.
El 30 de abril Figueredo Izaguirre fue expulsado de su trabajo, Policlínico 13 de Marzo, sancionado con la prohibición de trabajar en el sector durante cinco años, y advertido de la solicitud de inhabilitación, ahora efectiva. Sus denuncias les costaron la perdida de su trabajo, así como acoso por parte de la seguridad del estado, citaciones a interrogatorios, vigilancia y cerco policial en vísperas del 15N.
“No violé el juramento hipocrático sino el juramento comunista”, dijo el también miembro del Gremio Médico Cubano Libre en una directa donde rebatió los argumentos de las autoridades de salud y acusó a las autoridadedes de desecharlo por motivos políticos. También manifestó su intención de exiliarse como último recurso, al no poder ejercer su profesión en su país.
Tras ser despedido, el galeno no ha dejado de brindar sus conocimientos a los mas necesitados. Ha realizado consultas a domicilio, repartido medicamentos de donación y contribuido a la atención de salud en pleno pico pandémico mientras las consultas se ponían en pausa para lidiar con el aumento de los casos y hospitalizaciones por Covid19.
Figueredo Izaguirre no es el único doctor hostigado por oponerse al régimen. Otros como Alexander Pupo Casa y Manuel Guerra Guerrero se encuentran imposibilitados de ejercer la medicina ni continuar con sus especialidades, neurocirugía y ginecología, por su manera de pensar.
Tampoco es la primera vez que el Ministerio de Salud Publica hace uso de leyes y resoluciones rancias para arrebatarle a un medico la posibilidad de ejercer en su país, a pesar de la no suplida demanda de galenos y, en especial, de especialistas de la medicina en la isla, en un sector impactado por el éxodo y la venta de servicios profesionales en el exterior.
Otros médicos inhabilitados por criticar la gestión de las autoridades en el sector de la salud y exponer sus deficiencias han sido los doctores Jeovany Giménez y Rodolfo Martínez Vigoa, en 2006.
Recientemente trascendió que otro trabajador de la salud, el camillero auxiliar Omar Ortega Mendoza, detenido el pasado 5 de julio tras denunciar el colapso sanitario en el hospital del municipio avileño de Morón donde trabajaba, fue procesado en juicio sumario y condenado a 10 meses de privación de libertad.
Con estas medidas las autoridades en Cuba pretenden dar un escarmiento al resto de los trabajadores del sector, especialmente tras el aumento en redes de denuncias sobre el colapso sanitario en Cuba, ignorando la necesidad de pacientes y el pueblo en general.
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