Los vicepresidentes de Cuba y de Estados Unidos coinciden este jueves en la toma de posesión de la presidenta electa de Honduras, Xiomara Castro.
La vicepresidenta estadounidense Kamala Harris llegó este jueves a Tegucigalpa para asistir a la investidura de Castro, que se realizó en el Estadio Nacional de la capital hondureña, refiere la agencia Reuters en un reciente despacho.
Por su parte, el cubano Salvador Valdés Mesa arribó al país centroamericano desde este miércoles para participar en el acto de juramentación de la primera mandataria mujer de ese país, refiere el portal oficialista Cubadebate, pero sin detallar la agenda del funcionario cubano en ese país.
Según un mensaje de este jueves en Twitter de la viceministra de Relaciones Exteriores de Cuba, Josefina Vidal, Mesa presidió la delegación cubana que asistió al Estadio Nacional de Tegucigalpa, donde asumió su cargo Castro, esposa del expresidente Manuel Zelaya.
Vidal, quien también es parte de la comitiva cubana, aseguró en su mensaje que el vicepresidente cubano fue recibido con aplausos en el estadio a manera de agradecimiento al pueblo cubano “por su presencia y solidaridad”.
También en esta investidura asistió la vicepresidenta Harris, quien está interesada en trabajar con Castro para frenar la inmigración indocumentada desde Centroamérica hasta Estados Unidos, además de apuntalar el apoyo internacional a Taiwán, ya que Honduras es uno de los pocos países que tiene relaciones diplomáticas con ese país asiático, según el citado reporte de Reuters.
Harris abordará durante la reunión bilateral que sostendrá con Castro temas relacionados con las oportunidades económicas, la lucha contra la corrupción y el manejo de la migración, según funcionarios estadounidenses.
La líder de izquierda Xiomara Castro, quien contendió a la presidencia de Hondura por el Partido Libertad y Refundación (Libre), obtuvo la mayoría de votos en los comicios realizados el 28 de noviembre último, cuando obtuvo más de un millón 716 mil 793 votos a su favor.
No obstante, su triunfo no ha estado exento de polémica, ya que políticos renegados de su Partido Libre se aliaron con el conservador Partido Nacional de la oposición para votar por uno de sus miembros para dirigir el Congreso hondureño.
Esta decisión pone en peligro el programa de gobierno de Castro ya que cuenta ahora con una legislatura rival, además de que Libre rompió el pacto que había hecho con su aliado electoral, el Partido Salvador de Honduras, para que uno de sus miembros dirigiera el Congreso.
La presidenta hondureña durante su campaña electoral prometió abordar en su administración la corrupción, pobreza y violencia de ese país, considerados una de las principales causas de la emigración indocumentada hacia Estados Unidos.
Con la investidura de Castro como mandataria de Honduras, se cierran ocho años de gobierno de Juan Orlando Hernández, del Partido Nacional, quien está acusado en los tribunales de Estados Unidos por corrupción y vínculos con narcotraficantes, aunque el ahora expresidente ha negado esas acusaciones reiteradamente.
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