La compañía farmacéutica Moderna inició los ensayos clínicos en seres humanos para una vacuna contra el VIH, como parte de una colaboración con la Iniciativa Internacional para una vacuna contra el Sida (IAVI).
El fármaco utiliza la misma tecnología de ARN mensajero (mRNA) que el inmunógeno de esta empresa contra el COVID-19 y forma parte de una estrategia para desarrollar medicamentos similares, que puedan utilizarse contra virus latentes. Según un tuit del gigante farmacéutico estadounidense, estos “permanecen en el cuerpo de por vida después de la infección y pueden provocar afecciones médicas crónicas”.
Moderna reveló en un comunicado que las primeras dosis de su droga experimental comenzaron a administrarse en un hospital de Washington, como parte de la primera fase de los estudios clínicos. En el ensayo participan 56 personas adultas que no padecen VIH, con el objetivo de generar la producción de anticuerpos capaces de actuar ante distintas variantes del Virus de Inmunodeficiencia Humana mediante una primera dosis y otra de refuerzo a través de mRNA.
Cada uno de los sujetos involucrados en la prueba será monitoreado durante al menos seis meses, para analizar las respuestas de su sistema inmunológico a nivel molecular y determinar así el grado de efectividad del producto. En el proyecto colaboran los filántropos Bill y Melinda Gates a través de su Fundación, el Instituto de Investigación Scripps y el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (NIAD) de Estados Unidos.
El presidente de Moderna, Stephen Hoge, alabó la tecnología del innovador medicamento, pues tiene el potencial de solucionar importantes necesidades sanitarias en todo el mundo. “Avanzar en este programa contra el VIH es un paso muy importante”, agregó.
Asimismo el presidente de la IAVI, Mark Feinberg, afirmó que "la búsqueda de una vacuna del VIH ha sido larga y difícil y tener nuevas herramientas en términos de inmunógenos y plataformas puede ser la clave para hacer progresos rápidos".
David Diemert, científico jefe del ensayo en la Universidad George Washington, uno de los cuatro centros donde este se realiza, explicó que "serán necesarios otros inmunógenos para guiar al sistema inmunitario por el camino correcto, pero esta combinación de un refuerzo y un potenciador podría ser el primer componente clave de un posible régimen de vacunas contra el virus".
En diciembre de 2021, se produjo otro avance significativo en el enfrentamiento al Sida. La Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó Apretude, un nuevo medicamento inyectable destinado a la prevención del VIH.
El fármaco puede ser utilizado por adolescentes y adultos con un peso superior a los 35 kilogramos. Es de tipo PrEP, lo que significa que beneficia a las personas que están en mayor riesgo de adquirir la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana.
En igual fecha pero en 2020, el gigante farmacéutico Janssen –con sede en Bélgica y propiedad de Johnson & Johnson– anunció que había llegado a la fase 3 de ensayos de un prototipo de vacuna contra el VIH. El medicamento tiene carácter preventivo, lo que significa que debe proteger a las personas frente a la transmisión del virus que provoca el SIDA.
En su momento, se trató del primer inmunógeno que, en más de una década, avanzó tan lejos en el afán de encontrar la cura el Virus de la Inmunodeficiencia Humana, descubierto en 1981 y cuya enfermedad asociada fue bautizada oficialmente en 1982, como Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) o Acquired Immune Deficiency Syndrome (AIDS).
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