La organización sin fines de lucro que defiende los derechos humanos de la ciudadanía en la isla, Cubalex, documentó numerosos testimonios de torturas a presos políticos con esposas en cárceles cubanas.
“Nuestro equipo ha documentado una serie de técnicas de tortura que implementan las autoridades carcelarias en Cuba y que varios prisioneros políticos corroboraron con sus testimonios”, apuntó este martes en su perfil de Facebook la organización independiente en una publicación en la que se detallan estas prácticas, las cuales serán debatidas este miércoles en una conferencia de prensa desde la Ciudad de México.
Una de las técnicas recurrentes de los represores de los presos políticos en las cárceles cubanas la denominaron “colgar de las esposas”, una forma de tortura que “consiste en esposar al recluso de un brazo y la otra esposa fijarla de un lugar alto, de manera que la extremidad quede suspendida y en una posición en la que la persona no pueda sentarse. En esa posición dejan al prisionero por espacios de tiempo prolongados que pueden incluso llegar a las 24 horas o más”.
Según la investigación de Cubalex, que cuenta con expertos en el funcionamiento del sistema legal cubano y en los mecanismos de denuncia a nivel nacional e internacional, en las prisiones como la de Canaleta, Ciego de Ávila, “esta tortura la aplican en la llamada área especial”
También dijeron que esa práctica “en otras cárceles, son realizadas en celdas de castigo, como es el caso de Pinar del Río, en el área dos, donde existe una celda acondicionada para estos fines”.
La publicación destaca, además, el caso del presos político Alexis Sabatela, a quien “lo esposaron a rejas en las prisiones de Kilo 7 y Kilo 9 en Camagüey, donde dijo que era común colgar a los presos con los brazos en alto, ya fuera abiertos o cerrados”.
Asimismo, expusieron que el conocido opositor cubano y preso político Félix Navarro fue testigo de cómo en la prisión de Canaleta “colgaban a los reclusos la noche entera y en invierno, cada determinado tiempo, les lanzaban cubos de agua”, y que a esta tortura fue sometido el opositor José Díaz Silva, quien “fue esposado de esta forma, durante varias horas, en la prisión de Agüica, Matanzas”.
Añaden, también que el preso político “José Rolando Casares presenció cómo en el área dos de la prisión de Pinar del Río, los oficiales Eliecer (jefe de Orden Interior), Osmany y el teniente coronel Julito colgaron a un joven apodado Macandá y le propinaron una golpiza, con las tonfas, en esa posición”.
Además, exponen el caso de Ángel Yunier Remón, quien refirió que cuando se aplica ese tipo de tortura “sientes dolor. Se te acalambra la mano, no la sientes. Se te pone negra, fría. El hombro no puedes ni moverlo. Te inmoviliza.”
Yunier Remón por esta tortura, dicen, padece de artrosis y que sus manos se le engarrotan como una tendinitis.
Otro testimonio sobre esta práctica lo dio el preso político Maykel Castillo, quien contó que fue esposado, pero “le hacían sacar las manos y pies por los barrotes y parado en esa posición le esposaban las extremidades. Así podían dejar al recluso hasta tres días, provocándole un dolor muy fuerte en el torso y los hombros”.
Esta tortura la han usado también con mujeres, según la investigación de Cubalex, que refiere el caso de Lisandra Rivera, a quien “tuvieron esposada 26 horas, con las manos detrás, dentro de una celda de castigo”
Además a ella, “la reducadora Carmen Cala le dijo a la guardia de la celda que no la podía llevar al baño ni darle agua. Tampoco le dieron nada de comer durante ese tiempo. También supo de reclusas que eran esposadas a rejas en la prisión de mujeres Kilo 5 de Camagüey, en una posición en la que no pueden ni sentarse ni pararse y así las dejan hasta 24 horas”.
El preso político Lázaro Díaz refirió que “en Agüica este castigo también era usado con las personas que se autolesionaban, a los cuales dejaban esposados hasta por 72 horas, obligándolos incluso a hacer las necesidades fisiológicas en ese mismo lugar y en esa posición. También Yunisbel Valido confirmó el uso de esta práctica en la prisión de Guamajal, Villa Clara”.
La práctica, también se aplica en las celdas de castigo del Combinado del Este, donde le llaman “el racimo de plátanos” o “la guagua”.
En el primer caso, “esposan al reo con las manos atrás, con shakiras y lo dejan colgado de espaldas a la reja. En el segundo, lo esposan con las manos adelante.
En ambas formas, apunta, la investigación, el recluso tenía que quedarse en puntas de pies, según explicó el preso Alcibíades Idelmario Brizuela.
Este tipo de tortura física también, refiere este informe, la emplean como escarmiento colectivo y tortura psicológica, como ocurrió con Ángel Yunier Remón, “a quien por negarse a usar el uniforme de preso común se lo pusieron a la fuerza y lo esposaron de esta manera en un lugar por el que pasaban los demás reclusos a la hora del almuerzo. A Julio César Cano, el teniente coronel “Tony” lo esposó a la reja, lo puso su camisa de militar y llamó a los demás reclusos para que se burlaran de él”.
Recién esta plataforma independiente, junto a otras 13 organizaciones cubanas e internacionales, presentó un informe ante el Comité Contra la Tortura de Naciones Unidas, en el cual se identifica 14 métodos de torturas y tratos crueles contra disidentes en Cuba, que violan los estándares internacionales sobre derechos humanos.
Entre las organizaciones que apoyaron ese informe se encuentran Artículo 19 para México y Centroamérica, el Centro para los Derechos Civiles y Políticos, Civil Right Defenders, Movimiento San Isidro, Organización Mundial contra la Tortura y Free Society Project, entre otras.
Entre los 14 tipos de torturas identificadas se incluyen a los actos de repudio, a la aplicación de violencia física y amenazas durante los arrestos, el uso de gas pimienta, manos a la espalda con esposas apretadas y la exposición a altas temperaturas o a bajas durante los interrogatorios.
Además están el abandono en lugares desplobados; intimidaciones, chantajes y amenazas en los interrogatorios; ofensas y otros comentarios degradantes; condiciones precarias en los calabozos de las estaciones policiales; desnudos forzados para revisión corporal; negación de acceso a almohadillas sanitarias y de asistencia médica y golpizas en los centros de detenciones.
Este 14 de mayo trascendió, que El Comité contra la Tortura de la Organización de Naciones Unidas (ONU) pidió al régimen cubano que sancione a las autoridades responsables de la represión violenta contra manifestantes pacíficos durante las protestas del 11J en Cuba.
Cuba debe “investigar de modo pronto, independiente y exhaustivo; y juzgar -y en su caso, sancionar- a los responsables del uso excesivo de la fuerza y malos tratos ocurridos durante las protestas sociales del 11 de julio de 2021”, indicó el Comité contra la Tortura en sus "Observaciones finales sobre el tercer Informe Periódico de Cuba" que elabora el organismo.
El documento expresó la preocupación del Comité por las denuncias y testimonios que evidencian que la represión contra los manifestantes incluyó malos tratos como golpizas, insultos, amenazas de carácter sexual, registros corporales integrales, aislamiento en celdas oscuras, uso de gas pimienta, exposición a altas temperaturas dentro de vehículos policiales, y abandono de personas retenidas en zonas remotas.
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