Inspectores del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) de Cuba rescataron a una lechuza que estaba en venta ilegalmente a través de internet por un precio entre los 4,000 y 5,000 pesos.
“La Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental (ORSA), el Cuerpo de Guardabosques, PNR con la cooperación del Jardín Zoológico de La Habana, actúan contra ciudadano que vendía lechuza en redes sociales”, explicó en Facebook Jorge Álvarez, director general de ORSA.
El directivo precisó que se aplicó el Decreto de Bienestar Animal y que el ave rescatada fue trasladada al Jardín Zoológico de La Habana.
“Se reitera que a partir de la aprobación del nuevo Código Penal, casos como este pueden constituir un delito”, concluyó Álvarez, que no precisó la multa que se aplicará al ciudadano responsable de la venta.
El director general de la Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental no ofreció otros detalles sobre cómo fue detectada la compraventa ilegal, aunque adjuntó un fragmento de conversación de WhatsApp, correspondiente al pasado 17 de mayo, en el que la persona que tenía la lechuza fijaba un precio de 5,000 pesos para el animal, que podía quedar en 4,000 en caso de que se fuera a recoger cuanto antes.
Viana V. Barceló Pérez, especialista en Biodiversidad y Bioseguridad de ORSA, precisó en Twitter que la lechuza será reintroducida en su hábitat natural, aunque de momento permanecerá en el zoológico.
El Decreto-Ley de Bienestar Animal, en vigor desde abril de 2021, prevé multas que oscilan entre los 1,500 y 4,000 pesos para personas que maltraten o provoquen la muerte de cualquier animal.
Aunque de momento no está prohibida la comercialización de ciertas especies, las personas naturales o jurídicas dedicadas a la venta de animales deben poseer licencias o autorizaciones correspondientes en cada caso, conforme a lo establecido en la legislación vigente.
En todo caso, el Decreto-Ley de Bienestar Animal prohíbe de forma categórica la venta de animales “de especial significación para la diversidad biológica”, como en este caso.
No es la primera vez que sale a la luz la compraventa ilegal de lechuzas, utilizadas fundamentalmente por motivos religiosos.
En diciembre de 2020, en plena pandemia de coronavirus, la activista por los derechos de los animales, Beatriz Batista, denunció la venta de una lechuza a través de la plataforma de Revolico.
En aquel momento, Batista subrayó que actos como ese se debían, en esencia, a la falta de una herramienta legal para penalizarlos, puesto que todavía no estaba aprobado el Decreto Ley de Bienestar Animal.
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