La activista y periodista Daniela Rojo, quien pidió asilo político en Alemania el pasado domingo tras escapar de Cuba, fue trasladada, junto a sus hijos, a un centro de refugiados en el estado de Hessen.
“Hola gente linda. Recién tengo línea y tengo muchos mensajes pendientes, paciencia... Poco a poco iré contestando todos. Los niños y yo estamos bien. Nos trasladaron a un centro de refugiados en la ciudad de Hessen y pronto nos volverán a trasladar. El proceso continúa. Un abrazo enorme a todos los que nos quieren bien”, informó Rojo en su perfil de Facebook.
Rojo y sus hijos habían permanecido inicialmente en un centro de acogida para refugiados de Frankfurt, donde la activista pidió protección internacional por su condición de víctima de acoso, secuestro y detenciones arbitrarias por parte de la Seguridad del Estado en Cuba.
“Ya estoy extrañando mucho a mi gente, pero aquí mis niños y yo estamos seguros y no seré perseguida por mis ideas políticas. Mi agradecimiento eterno a las autoridades alemanas que nos han tratado como familia”, escribió la excoordinadora del grupo de la sociedad civil Archipiélago, luego de anunciar la noticia de su exilio.
A finales de noviembre del pasado año, la activista renunció a sus responsabilidades dentro de Archipiélago. Según Rojo, la renuncia no se debió a diferencias con sus compañeros, sino al desgaste que había sufrido su familia debido a la presión constante del aparato represivo del Estado cubano sobre ella y sus allegados.
“Mi salida de Archipiélago no tiene nada que ver con un cambio en mis ideas o en mi posición política, pero necesito abrigar a mi familia, la que más ha sufrido este proceso, en especial mis niños”, confesó, en aquel entonces, la activista.
A principios de este mes, poco antes de su salida de la Isla, Rojo denunció una detención de varias horas, que ocurrió mientras transitaba por la calzada de Luyanó de La Habana, camino recoger a sus hijos en la escuela y el círculo infantil.
“Estoy bien. Ya estoy fuera. Me llevaron a la estación de Aguilera a amenazarme durante un rato. Gracias por la solidaridad. Luego hago una directa con más detalles, me voy a buscar a mis niños. Gracias infinitas por calentar las redes, sin ustedes estaría perdida”, escribió Rojo en Facebook luego de ser liberada.
El acoso de la policía política contra la activista se intensificó en los días previos a su exilio, incluso con actos de violencia en su casa. Días antes de su último arresto documentado, lanzaron tres piedras de gran tamaño contra el techo de su vivienda, donde vive con sus hijos pequeños, que afortunadamente no hirieron a nadie.
“Los niños y yo estamos bien hasta ahora. Han tirado tres piedras grandes para mi techo, afortunadamente no le han dado a nadie. Esto ha pasado en otras ocasiones, hace meses no lo hacían. No sé quién fue, así que no puedo acusar a nadie aunque tengo mis sospechas”, explicó luego de la agresión.
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