El gobierno de Costa Rica anunció que retomará el programa para legalizar a migrantes cubanos llegados al país antes de marzo de 2020, siempre que cuente con los recursos financieros necesarios para ello.
La administración del presidente Rodrigo Chaves extenderá las protecciones no solo para ciudadanos cubanos, sino para nicaragüenses y venezolanos que llegaron a su territorio antes de la fecha mencionada.
Esa es uno de los acuerdos incluidos en el pacto migratorio adoptado en la reciente Cumbre de Las Américas, a la que Chaves asistió.
Según la Declaración sobre Migración y Protección de Los Ángeles: EE. UU. y sus socios extranjeros, Costa Rica se compromete a "planificar la renovación del régimen especial de categoría de protección temporal complementaria para migrantes de Venezuela, Nicaragua y Cuba que hayan llegado antes de marzo de 2020, sujeto a la obtención de los recursos financieros necesarios, y a convocar un grupo de trabajo internacional para asegurar apoyo directo adicional y recursos financieros para apoyar su implementación".
La declaración de Los Ángeles sobre migración y protección, diseñada para hacer frente a la crisis migratoria en la región, fue firmada por 20 países americanos, liderados por el presidente estadounidense Joe Biden.
El documento fue calificado de "racista" y "xenófobo" por el gobierno cubano, que no fue invitado al evento regional, al igual que los de los regímenes totalitarios de Venezuela y Nicaragua.
"La Declaración Hemisférica sobre Migración y Protección de Migrantes impuesta en la IX Cumbre por EE.UU. es muestra de su visión racista, xenófoba y expoliadora de los migrantes. No atiende en modo alguno las causas reales de la migración", afirmó en Twitter el ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla.
La declaración final de la Cumbre traza pautas para aquellos países del área que han recibido un gran número de migrantes y refugiados, o que sirven como corredores de tránsito.
Los líderes asistentes se comprometieron a tomar medidas para frenar la migración ilegal, ayudar a los países que acogen a gran cantidad de migrantes a hacerles frente, y a convocar a los bancos a que revisen sus instrumentos financieros para estos países.
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