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El número de mujeres embarazadas que padecen anemia en La Habana ha experimentado un crecimiento alarmante en los últimos tiempos, como consecuencia de una alimentación deficiente y la escasez de medicamentos.
De acuerdo con el periódico oficialista Tribuna de La Habana, más del 70% de las gestantes que se atienden en el hospital local Eusebio Hernández, presentan este padecimiento. La doctora Jordanka Rodríguez Morales, especialista de primer grado en Ginecología y Obstetricia, afirmó que esa realidad afecta a la mayoría de las instituciones de salud de la capital.
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La obstetra indicó sobre la anemia que “en una mujer embarazada se considera por debajo de 11 gramos por litro de hemoglobina. Y puede ser leve (inferior a 11, pero hasta 10 gramos); moderada (entre 10 y 8), y severa (menos de 8)”.
También resaltó que puede detectarse este problema de salud a través de los hematocritos que “es la concentración de la hemoglobina” y que constituye “otra condicionante hematológica muy útil para determinar si una paciente requiere ser o no transfundida”.
Rodríguez advirtió, no obstante, que “dicho tratamiento debiera ser el último eslabón en una cadena, nunca el primero” y que resulta muy peligroso detectar la anemia después de las 34 semanas de gestación, pues dificulta que las pacientes evolucionen y reviertan esta condición antes del parto.
La doctora agregó que, por las mismas condicionantes fisiológicas del embarazo, ocurre además una anemia dilucional causada por el aumento del volumen sanguíneo, lo que provoca que el sistema inmunológico esté más deficiente y vulnerable a cualquier tipo de enfermedad viral o bacteriana.
La especialista reconoció que este problema de salud puede provocar incluso riesgos para la vida de la gestante, sobre todo si se presenta el parto con esa condición, pues este genera pérdidas hemáticas importantes, de ahí la necesidad de prevenir a tiempo.
Alegó que “normalmente el sistema de Salud ha garantizado las tabletas prenatales” pero que ahora están en falta, al igual que el fumarato ferroso o el sulfato ferroso. Dijo también que “si bien su uso realmente forma parte de la terapéutica, los indicamos para no desproveer a la paciente de los suplementos de hierro que son imprescindibles durante el embarazo, y cuyas dosis se hacen corresponder a cada etapa”.
Rodríguez, quien también se desempeña como jefa de Obstetricia del Eusebio Hernández, recomendó a las embarazadas consumir carne roja, pollo, picadillo y vegetales verdes, como la col, el pepino, la espinaca, todos productos que escasean en la mesa de cualquier cubano.
Asimismo, trató de justificar la responsabilidad del Ministerio de Salud en esta problemática. “El sistema de salud cubano está estructurado para que cada embarazo llegue a feliz término; sin embargo, la tendencia es a considerar que toda la responsabilidad, incluyendo la alimentación, recae sobre este. Hay una gran cuota desde lo individual, a partir del momento en que decidimos transitar por una de las experiencias más sublimes”, afirmó.
Una muestra de las dificultades que atraviesan las futuras madres cubanas fue noticia en mayo de este año. La joven Jennifer Roque reaccionó indignada ante la falta de carne de res para su dieta médica, por una supuesta carencia de este producto que llevó al gobierno a sustituirlo por una pequeña pieza de pollo que debe bastarle para todo el mes.
“Esta es la dieta de una embarazada en el mes, cuando supuestamente la dieta trae carne de res, simplemente se excusan con que en este mes no entró carne y lo sustituyen por una pieza de pollo para el mes. Es indignante todo lo que una embarazada tiene que pasar en este país”, aseveró.
Otra problemática que afecta a las mujeres cubanas es la necesidad de recurrir al aborto como método anticonceptivo ante la falta de condones en la red de farmacias del país. De acuerdo con el periódico local Invasor, de Ciego de Ávila, en los municipios Chambas y Morón creció a 250 el total de interrupciones de embarazos en el primer trimestre del año, según datos oficiales, una tendencia que se repite en el resto de ese territorio del centro cubano.
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