Varios cubanos denunciaron la proliferación de agros en los parques del Vedado y aseguran que el Estado está favoreciendo la ruralización de La Habana, lo que ocasiona molestias a los residentes en la ciudad.
El cubano Cesario Navas, publicó un texto en el que se cuestiona cuál sería la palabra correcta para definir a los funcionarios públicos que permiten que barrios habaneros como el Vedado estén lleno de puestos de ventas de productos agrícolas y tendederos de ropa.
"Estás autoridades municipales han permitido, contra las más elementales observancias urbanísticas, de convivencias y de disciplina social, la instauración de manera permanente de tarimas para el comercio de productos agrícolas. Estos espacios afectan las áreas a cualquier horario del día y van ocupando más metros de terrenos, bancos, pasillos y acera", denunció.
Considera que esos timbiriches no son ferias agropecuarias puntuales, sino ventas continuas que afectan la socialización de los residentes en el espacio público que no está diseñado para acoger esa actividad. Se preguntó si los dirigentes políticos tienen "mentalidad manigüera, incapacidad de dirección, descuido, falta de control o son sobornados por los vendedores".
"En el parque Víctor Hugo, por desgracias, más de las mitad de sus bancos han sufridos vandalismo (...) Es lamentable el estado actual del parque Carlos Aguirre, causados por el basurero en qué han convertido la calle Ronda; el abandono y falta de mantenimiento al complejo escultórico; la destruida área infantil, la suciedad general del parque, y por supuesto, el daño que causa la permanencia de esos puestos de ventas de productos agrícolas", dijo.
En criterio de Navas "hay un gran grupo de personas en la gobernanza de la ciudad sin apego y sin compromiso con la misma".
"Viven feliz, sin preocupaciones ya que ninguno ha sido elegido por el voto popular, ni sus indebidos quehaceres serán cuestionados por encuestas justicieras. Recordemos, además, la existencia de un sólo partido político en el panorama. Tranquilo Mota, no hay competencia", expresó.
Las ventas de productos agrícolas en los espacios públicos son innecesarias, porque existen en el Vedado y en los barrios cubanos, los espacios para ello. Muchas personas interpretan esta apertura al comercio en la calle como un intento del gobierno de aparentar que hay comida e insumos para el pueblo, pero lo cierto es que los precios no están al alcance de todos los cubanos, aunque las cosas se vendan a pie de calle.
Desde hace varias décadas el destacado arquitecto y urbanista cubano Mario Coyula, alertó sobre los peligros de la ruralización del Vedado y de La Habana en sentido general. Advertía sobre los indicios del deterioro del paisaje urbano y la pérdida del sentido de pertenencia de los pobladores a la ciudad que terminan agrediéndola de modo impúdico.
En los comentarios a la publicación de Navas una persona se refirió a este delicado tema: "Tristemente están ruralizando el Vedado y sus parques con total indolencia. Es espantoso lo del parque de Línea y L con unas colgaderas de ropa de mata a mata!", señaló.
Navas no es el único cubano que ha denunciado el deterioro de los espacios públicos en La Habana. También existen grupos en las redes sociales que denuncian la tala de árboles, el incremento de ventas en los garajes y portales, así como el aumento de los basureros.
A inicios de marzo el escritor Edel Carrero criticó la desidia del gobierno ante un basurero que crece en la céntrica esquina de Águila y Virtudes, en el municipio Centro Habana.
Ese mismo mes las autoridades de La Habana reconocieron que hay un visible retroceso en la recogida de desechos en la capital del país y que los 15 municipios tienen deficiencias en las acciones de saneamiento.
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