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Derek Chauvin, el policía estadounidense involucrado en la muerte de George Floyd, fue sentenciado este jueves por una corte federal a poco más de 20 años de prisión por "violar los derechos civiles" del afroamericano.
El juez federal de distrito Paul Magnuson dictó una sentencia de 21 años de prisión, con crédito por el tiempo que lleva encarcelado, para un total de 20 años y cinco meses.
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Esta condena se agrega a otra de 22 años y medio que ya cumple Chauvin por asesinato en segundo y tercer grado, así como de homicidio involuntario en segundo grado, en abril de 2021. La sentencia federal se cumplirá simultáneamente.
Chauvin se había declarado inocente de los cargos federales, pero cambió su declaración en diciembre con base en un acuerdo de culpabilidad, donde también admitió haber violado los derechos de un niño de 14 años en una detención en septiembre de 2017.
Ese día se declaró culpable de violar los derechos civiles de Floyd durante un arresto que causó la muerte del afroamericano en Minneapolis.
La declaración de culpabilidad permitió a Chauvin evitar otro juicio de alto perfil, y la sentencia incluye 20 años por los cargos relacionados con Floyd y cinco meses por el caso del menor de 14 años.
Los fiscales habían pedido 25 años de prisión para el agente policial –el máximo incluido en un acuerdo de culpabilidad– alegando que Chauvin abusó de su autoridad y actuó con crueldad cuando se arrodilló sobre el cuello de Floyd durante más de nueve minutos mientras lo detenía en mayo de 2020, causándole la muerte.
Según un reporte de NBC News, la defensa había pedido 20 años bajo el argumento de que el acusado estaba arrepentido y aceptó la responsabilidad.
Chauvin habló brevemente este martes antes de ser sentenciado. Si bien le dijo a la familia Floyd que les deseaba "lo mejor en su vida", no se disculpó.
El agente de policía fue arrestado y acusado de asesinato y homicidio involuntario, cuatro días después del lamentable suceso en mayo de 2020. Para entonces enfrentaba los cargos por asesinato en tercer grado y homicidio involuntario.
Sin embargo, su situación se agravó cuando una autopsia realizada de manera independiente reveló que la muerte de Floyd fue por asfixia debido a una presión sostenida y pérdida del flujo sanguíneo.
"No hay otro problema de salud que pueda causar o contribuir a la muerte. La policía tiene la falsa impresión de que si uno puede hablar, puede respirar. Eso no es cierto", dijo el Dr. Michael Baden, exjefe médico forense de la ciudad de Nueva York, uno de los participantes en la autopsia independiente.
En esa nueva investigación se estableció que Derek Chauvin no era el único causante de la muerte de Floyd, sino también los dos policías que lo sujetaron por la espalda mientras estaba en el suelo esposado. La presión en su espalda provocó un corte del flujo sanguíneo, lo que aceleró la asfixia y estableció que la muerte del detenido a plena luz del día fue un asesinato.
La muerte de Floyd desató violentas protestas en varias ciudades de Estados Unidos, y obligó a la policía de varios estados del país a reformar sus estatutos, para garantizar los derechos de las poblaciones afroamericanas.
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