Manuel Marrero viaja a Nicaragua para celebrar aniversario de la Revolución Sandinista

“Encantado de estar en la tierra de Sandino, de Daniel y la compañera Rosario. ¿Cómo está el tiempo por acá? Dicen que llovió un poquito”, fueron las primeras palabras del representante del gobierno cubano a los pies de la escalerilla del avión.

Manuel Marrero a su llegada a Nicaragua © Captura de video Twitter / Presidencia Cuba
Manuel Marrero a su llegada a Nicaragua Foto © Captura de video Twitter / Presidencia Cuba

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El primer ministro Manuel Marrero Cruz arribó este martes en Managua encabezando la delegación cubana que participará en los festejos para celebrar el 43 aniversario de la Revolución Sandinista.

“Encantado de estar en la tierra de Sandino, de Daniel y la compañera Rosario. ¿Cómo está el tiempo por acá? Dicen que llovió un poquito”, fueron las primeras palabras del representante del gobierno cubano a los pies de la escalerilla del avión.


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En su llamativo y coloquial saludo, el primer ministro cubano llamó a Nicaragua tierra de Daniel y Rosario, sabiendo el esencial papel que cumple la señora Murillo en la dictadura que ha perpetuado a su esposo en el poder, luego de conquistarlo con la ayuda inestimable del difunto dictador cubano Fidel Castro.

“Estamos muy contentos de recibir a nuestros hermanos cubanos, con los brazos abiertos y solidarios siempre”, le expresó a Marrero el representante gubernamental nicaragüense que lo recibió en el aeropuerto.

“Seguro, igual”, contestó Marrero haciendo gala de sus dotes protocolarias. “Yo encantado de estar por segunda vez, pero la anterior fue un poco ayudar en materia de turismo. Era mi anterior responsabilidad”, recordó el que fuera ministro de Turismo de Cuba.

Expresando el “honor [de] venir representando al general de ejército, al presidente, al pueblo de Cuba”, el primer ministro dijo traer “un saludo caluroso entre [sic] el pueblo nicaragüense que tanto queremos y que tanto nos ha apoyado en esta lucha grande que nos ha tocado”.

Esa “lucha grande” ha dejado como uno de los últimos episodios de solidaridad entre ambos regímenes dictatoriales la exención de visado que decretaron las autoridades nicaragüenses para los viajeros cubanos, deseosos de hacer “turismo de volcanes”.

Estadísticas del Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras estadounidense elevaron a mediados de junio a 140,602 el número de migrantes por vía terrestre registrados durante los primeros ocho meses del actual año fiscal (FY2022), que comenzó el pasado octubre.

Se desconoce el número exacto de estos que emprendieron su viaje después de volar a Nicaragua desde Cuba, pero se sospecha que es un número elevado. De los 139,090 que ingresaron en total por la frontera sur, 133,530 lo hicieron después de la apertura de las fronteras cubanas y el levantamiento de visados, decretado por el gobierno de Nicaragua el pasado 22 de noviembre.

A finales de junio se conocía la noticia de que el gobierno de Nicaragua habría pagado casi $50 millones de dólares a su aliado cubano por siete millones de dosis de las vacunas antiCovid-19 Soberana y Abdala, producidas en la isla.

El diario Confidencial de ese país centroamericano hizo público un documento del gobierno de Ortega para la adquisición de un préstamo del Banco Mundial por $116 millones de dólares, según el cual Nicaragua adquirió un total de siete millones de dosis de vacunas cubanas a un costo unitario de $7.00 dólares.

Por las mismas fechas Ortega dio luz verde a fuerzas militares rusas para operar desde Nicaragua a partir del mes de julio, con fines de "asistencia humanitaria", autorizando la entrada de efectivos militares, naves y aeronaves de Rusia al país centroamericano a partir del segundo semestre de este año, así como la salida de fuerzas y medios militares nicaragüenses en misiones específicas.

A continuación, Estados Unidos impuso sanciones a la empresa minera estatal nicaragüense Empresa Nicaragüense de Minas (ENIMINAS), y acusó a Ortega de profundizar sus vínculos con Rusia, a pesar de la guerra en Ucrania.

Luego de destituir a cuatro embajadores en menos de seis meses, el régimen nicaragüense destinó a mediados de mayo a Wilfredo Jerónimo Jarquín Lang como su representante en La Habana. Días antes cerraba la oficina de la Organización de Estado Americanos (OEA) en Managua y retiraba las credenciales a sus representantes ante la OEA en Washington.

“Felicidades al hermano pueblo nicaragüense en el 43 aniversario del Triunfo de la Revolución Sandinista. Hoy ratificamos nuestra voluntad de continuar fortaleciendo los lazos de amistad y solidaridad con la Patria de Sandino. Un abrazo a Daniel y Rosario”, declaró este martes el gobernante Miguel Díaz-Canel vía Twitter.

En medio de la peor crisis sociopolítica vivida en Nicaragua en décadas, el régimen de Ortega celebró en 2019 el aniversario 40 de la revolución sandinista con delegados de Cuba, Venezuela e Irán, entre otros países.

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