El cubano Felix Font calificó el carnaval de Santiago de Cuba de este año como "el más malo en la historia" y criticó no solo los precios elevados de las ofertas gastronómicas, sino también la mala organización de las festividades.
"La avenida de Céspedes estaba vacía, comparando con otros años. La mayoría los quioscos eran particulares, no había uniformidad de ningún tipo en los precios y no muy lejos las entidades estatales, cuyos productos no muy asequibles a toda la población", lamentó el cubano.
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Font también criticó que quitaran la música a media noche o la una de la mañana, para después someter a la población a los apagones que tantas molestas causan.
"Imagínense que con todos los problemas que tenemos le estamos propiciando a los contrarrevolucionarios, carteristas, ladrones, bandidos, ect., las condiciones para hacer sus fechorías", apuntó.
Esta no es la primera crítica que reciben los carnavales santiagueros de este año, ya que poco antes otro cubano se refirió a los altos precios, entre ellos que la cerveza se venda a 250 CUP.
"El carnaval santiaguero de 2022 no se parece en nada a los de otras épocas, con ofertas para todos los bolsillos", aseguró el cubano en una publicación de Facebook.
El carnaval de Santiago de Cuba es Patrimonio inmaterial de la nación por sus valores históricos, culturales y estéticos, y desde hacía dos años no se realizaban por la pandemia del coronavirus. Es también la primera vez que se realizan bajo los efectos económicos de la Tarea Ordenamiento.
El origen del carnaval de Santiago de Cuba se remonta a las festividades religiosas por el día de Santiago Apóstol, que tienen lugar cada 25 de agosto.
Históricamente fue una festividad popular caracterizada por sus paseos, comparsas, congas y carrozas, llenas de colorido y alegría.
A pesar de la crisis política, económica y social que atraviesa el país, este año el gobierno decidió no suspender el carnaval santiaguero, aunque sí se suprimieron las celebraciones en otros territorios como Sancti Spíritus.
El mismo presidente del país, Miguel Díaz-Canel prometió a los ciudadanos de la segunda ciudad en importancia de Cuba que tendrían sus fiestas, como parte del regreso a la vida normal tras la pandemia del COVID-19.
Sin embargo, durante las fechas previas a la organización del encuentro, ya los vecinos anticiparon que no sería como en años anteriores, ya que el gobierno local anunció un paseo acuático en sustitución de las actividades más representativas por falta de recursos.
"Aunque esta vez no llegará a ser un carnaval, la perspectiva es que sea una celebración vistosa", dijo al periódico Sierra Maestra Walfrido Kindelán Cos, jefe de la comisión organizadora del Festival de Lanchas.
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