La actual crisis económica en Cuba ha llevado a muchas personas a buscar cualquier oportunidad para mejorar sus viviendas.
Un video compartido por el periodista Yosmany Mayeta en Facebook muestra a un hombre llevándose partes de un baño público de madera del carnaval de Santiago de Cuba, supuestamente para reparar su vivienda.
“El carnaval es el momento adecuado para medio arreglar la casa”, señaló el comunicador, denunciando que la población no puede acceder a materiales de construcción adecuados que les permitirían mejorar el estado constructivo de sus hogares.
Respecto a la instalación de baños públicos de madera en las principales áreas del Rumbón Mayor, Mayeta destacó que muchas personas aprovechan estas construcciones para “llevarse algunas tablas de pino y remendar las paredes de sus casas, deterioradas por el paso del tiempo y la falta de recursos económicos, que les impide realizar reparaciones mayores”.
El periodista subrayó que esta práctica ha sido común durante los últimos carnavales: “Muchas personas esperaban el último día del carnaval, para comenzar a cargar lo que necesita, desde paredes, techos de guano o meses de madera”.
Sin embargo, señaló que "con la crisis que enfrenta el país y la escasez de días festivos, las personas no quieren perder la oportunidad ni correr el riesgo de que alguien se les adelante y se queden sin las tablas" mencionó, indicando que esto ocurrió en el segundo de los tres días oficiales del carnaval.
En apenas un día de festividad oficial, ya se han reportado varios hechos violentos en la mayor fiesta popular de Santiago de Cuba. Este jueves ocurrió una riña en la céntrica calle Trocha, una de las principales áreas del conocido Rumbón Mayor.
Mayeta compartió un video de denuncia que mostraba cómo la pelea se desarrollaba sin la intervención de ningún policía.
La víspera del inicio del carnaval, se produjo otra pelea que involucró a mujeres y hombres, evidenciando la violencia que rodea esta festividad popular.
La provincia de Santiago de Cuba celebra su carnaval este año oficialmente durante solo tres días (de jueves a sábado), en un contexto marcado por apagones constantes, la amenaza de brotes epidémicos y precios muy elevados.
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