El gobierno cubano estaría dispuesto a ceder terreno por 50 años en la Zona Especial de Desarrollo (ZED) del Mariel para que los países miembros de la Unión Económica Euroasiática (EAEU) estudien la posibilidad de construir un parque industrial que podrían gestionar con total autonomía.
Integrada por Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán y Rusia, la EAEU mantuvo contacto con las autoridades del régimen cubano a finales de agosto, cuando se discutió la propuesta de Cuba en una reunión virtual con la Comisión Económica Euroasiática, el órgano ejecutivo del bloque.
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El parque industrial propuesto podría ocupar un terreno de 50 hectáreas en la ZED, una superficie mayor que el área que ocupa el Estado Vaticano en Roma. Las autoridades cubanas estarían dispuestas a ceder la parcela por 50 años a la EAEU, con perspectivas de prolongar las escrituras, según Russia Briefing.
“La iniciativa de la República de Cuba de crear un parque industrial de la EAEU en la SEZ de Mariel es potencialmente atractiva. En primer lugar, la creación de dicho parque haría que el mercado cubano fuera más accesible para las empresas de las naciones de la EAEU y crearía una nueva plataforma de lanzamiento para ingresar a los mercados de otros países latinoamericanos”, declaró Goar Barsegyan, director del Departamento de Desarrollo de la Integración del grupo.
En su intervención durante la reunión virtual, el primer ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, se refirió a la propuesta cubana y resaltó que el gobierno cubano entregó al bloque euroasiático dos propuestas estratégicas para la producción y comercialización de leche vacuna y carne de pollo.
“Cuba ha entregado a la contraparte designada por la Comisión Económica Euroasiática dos propuestas de proyectos asociados a objetivos priorizados de nuestra economía”, recalcó el primer ministro.
Según Barsegyan, “esta es una oportunidad tangible de trabajar más activamente en el mercado cubano, no solo para empresas de Bielorrusia y Rusia, que tradicionalmente tienen representación allí, sino también para firmas de otros países de la EAEU, en caso de que estén interesadas. En definitiva, este es un mecanismo integral para profundizar los lazos comerciales y económicos entre los países de la EAEU y Cuba”.
De progresar la propuesta cubana, la EAEU podrá levantar instalaciones fabriles en el parque industrial, realizar inversiones directas, cerrar acuerdos y llevar a cabo la gestión general de la instalación por su cuenta, según el citado medio.
Varias empresas de Rusia y Bielorrusia ya están representadas en la zona del Mariel y tienen una “experiencia positiva” trabajando en el mercado cubano, destacó el organismo de integración.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX) resaltó el objetivo de lograr una participación activa del empresariado euroasiático en proyectos de inversión; incrementar y diversificar las exportaciones de bienes y servicios, además de “colaborar entre estos Estados en el contexto de las complejas circunstancias internacionales”.
Cuba ha estado cooperando activamente con la EAEU durante varios años, y se convirtió en un observador de pleno derecho en 2020. Su influencia en América Latina es considerada un valor añadido por los países del bloque euroasiático, que buscan afianzar sus intereses en la región.
La Zona Especial de Desarrollo del Mariel es una de las joyas con las que las autoridades cubanas pretenden atraer inversión extranjera, pero desde su construcción está envuelta en polémica y presuntos casos de corrupción, como los créditos concedidos por la constructora Odebrecht, investigados por la justicia brasileña.
En febrero se conocía que el régimen cubano envió tabacos a Brasil como garantía al préstamo millonario que dio el país sudamericano para la construcción de la ZEDM. El brasileño Gustavo Montezano, presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), reconoció que aceptó puros cubanos como garantía del préstamo de mil millones de dólares para la construcción del importante puerto en la isla.
Recientemente, a principios de julio, el dictador Raúl Castro Ruz aseguró que la ZEDM marcha bien y dijo que continuará haciéndose el máximo esfuerzo por mantenerlo como un enclave decisivo para la economía del país.
Inaugurado en noviembre de 2013 y con una extensión de 465,4 kilómetros cuadrados, la ZEDM se afianza como una de las zonas más opacas de la economía cubana, manejada por un régimen que ante la crisis que se agrava, empieza a dar concesiones y licitaciones a empresas y gobiernos extranjeros sin ninguna transparencia y por períodos de tiempo que resultan preocupantes desde el punto de vista del desarrollo y la soberanía de Cuba.
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