El joven artista cubano, Luis Miguel Pérez, fue acusado por la policía cubana de atentado luego de una detención arbitraria en la que presumiblemente habría resultado golpeado por los agentes sin motivo alguno.
Así lo denunció el músico Rafa de la Santa en una publicación en sus redes sociales en las que se cuestionó las causas de la injusta detención. “¿Es necesaria tanta violencia? ¿Es por ser negro?”, preguntó.
“Nos maltratan, nos agreden… Nos acusan”, afirmó De la Santa apuntando a las fuerzas del orden del régimen cubano, a las que señaló por emplear la violencia injustificada contra ciudadanos cubanos de tez negra.
Luego de describir la trayectoria del artista plástico, al que por sus trabajos calificó como “un artista que contribuye activamente en el desarrollo socioeconómico del país”, el músico denunció los hechos acontecidos con Luis Miguel Pérez el pasado viernes 16 de septiembre.
“En horas de la madrugada, luego de una ardua jornada de trabajo, se dirigía hacia casa de su tía, donde pernocta de vez en cuando por la cercanía de la misma al centro de la ciudad”, relató De la Santa.
Según su versión, el artista plástico “fue interceptado cerca del Monumento al Tren Blindado por oficiales de la PNR, momento que terminó con el artista Luis Miguel Pérez siendo trasladado al hospital con un fuerte dolor en el pecho y con varias lesiones”.
“¡Lo acusan de atentado!”, exclamó el músico que se mostró sorprendido por los cargos presentados contra un joven artista, al que De la Santa describió como pacífico y trabajador.
Con el auge del activismo en Cuba, muchas son las voces de la sociedad civil que han criticado el racismo institucionalizado en Cuba, a pesar de la insistencia del discurso oficial en que el racismo ha desaparecido casi completamente con la revolución.
“Ustedes ven que ya hay algunas compañeras y compañeros, poquitos todavía, negros como locutores, tanto de televisión como de la radio, ¿no ven que aparecen algunos ya? Eso no fue fácil, yo mismo di la instrucción concreta a los responsables de esos organismos”, dijo Raúl Castro en 2018 durante su discurso de despedida del poder.
Las palabras del dictador provocaron una reflexión del periodista independiente Abraham Jiménez Enoa, quien consideró que “si bien Cuba logró equiparar algunos índices sociales durante los primeros años del castrismo, las diferencias raciales persistieron y se mantienen hasta hoy”.
“Como suele suceder en los regímenes autoritarios, falazmente se dio por superado el asunto y el tema se volvió un tabú de Estado”, añadió Jiménez Enoa, quien citó una encuesta de un centro de estudios alemán que señaló que en Cuba solo un 11.5% de personas negras declaró tener una cuenta bancaria, el 70% no se conecta a internet, el 96.7% no viaja al extranjero y un 71.5% no accede a remesas.
Según el periodista, esto “evidencia que la mayoría de las y los afrodescendientes siguen perteneciendo al escalón más bajo de la sociedad cubana".
Estudios realizados entre 2017 y 2019 a cuentapropistas en la provincia cubana de Villa Clara revelaron que en negocios privados existen prejuicios raciales no solo en la contratación de trabajadores, sino en el trato brindado a los clientes, el cual parece diferenciarse según el color de la piel.
Un artículo publicado en el periódico oficialista Vanguardia consultó sobre la temática de los prejuicios al doctor Isaac Irán Cabrera Ruiz, profesor de la Universidad de Las Villas. “Los prejuicios son una actitud hacia los miembros de un grupo, cuyas tendencias evaluativas son fundamentalmente negativas a partir de juicios previos desfavorables, relativamente estables y duraderos en el tiempo que incurren en una generalización excesiva”, consideró.
Según el especialista, en la sociedad cubana “persisten estereotipos, prejuicios y actos de discriminación que reproducen desigualdad estructural. Las principales brechas de desigualdad por el color de la piel son con respecto a la equidad y movilidad social, educación, salud y bienestar, empleo, desventajas socioeconómicas e integración”, agregó.
A finales de julio de 2021, tras la intensa represión desatada por el régimen cubano contra los manifestantes que participaron en las históricas protestas del 11J en Cuba, el movimiento Black Lives Matter (BLM) recibió críticas por su enfoque de la crisis de gobernabilidad en el país, puesto en evidencia tras un encuentro en el que invitaron a figuras de conocidas simpatías por la llamada “revolución cubana”.
“BLM escogió a sus ‘negros favoritos’ para explicar lo que sucede en Cuba. Ninguno ha sido protagonista de lo que ha vivido el país en los últimos meses y algunos son parte del aparato de propaganda de la dictadura más vieja del hemisferio”, criticó el periodista independiente cubano, Norges Rodríguez, en Facebook.
En marzo, el Monitor Legislativo Cubano (MLC) y el Movimiento San Isidro (MSI) convocaron al evento "Discriminación en Cuba: La realidad desde sus artistas y activistas" que, con la presencia de la presidenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Margarette May Macaulay, devino en un diálogo con representantes de la sociedad civil cubana en el que se criticó el discurso igualitario que ha formado parte de la ideología oficial del régimen por más de 60 años.
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