Cubanos residentes en Guanabacoa, La Habana, detuvieron un tren que pasaba por la antigua carretera de esa localidad durante una protesta pacífica en contra del gobierno y los apagones en el país.
Una locomotora se vio obligada a detener su paso porque un grupo de vecinos de "la villa de Pepe Antonio" se agruparon sobre la vía férrea mientras hacían un cacerolazo.
"Oye sí, lo pararon, pararon el tren" exclamó una persona presente en el momento que tuvo lugar el acto de manifestación cívica.
En La Habana llevan varios días de protestas continuadas contra los cortes de electricidad que dejó el paso del huracán Ian por Cuba, incrementando el descontento popular, la inseguridad ciudadana y acrecentando las carencias de todos.
Alimentos en mal estado, niños y ancianos sin poder comer, inaccesibilidad al agua potable y otros problemas, son denunciados por los habitantes de la capital que de manera espontánea salen a las calles a protestar.
Aunque el gobierno desplegó fuerzas represivas en varios puntos de la ciudad y activó Brigadas de Respuesta Rápida para intimidar y contrarrestar las manifestaciones; los gritos de libertad se mezclan con otros reclamos ciudadanos.
Las autoridades locales han tratado de restarle importancia a las manifestaciones y alegan en su retórica que se trata de personas que solo atentan contra el desempeño del gobierno e incluso se les acusa en las redes sociales de ceder a los presuntos planes desestabilizadores organizados desde Miami.
Aún así, continúan las manifestaciones en medio de una situación cada vez más crítica, producto de una inflación económica provocada por el propio gobierno, el incremento de las brechas sociales, el desabastecimiento de tiendas y mercados, el colapso de instituciones sanitarias, entre otras.
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