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El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) denunció este sábado una golpiza policial contra el reportero independiente Yoel Acosta Gámez.
"El activista Yoel Acosta Gámez recibe golpiza a manos de la policía en la oficina de un oficial, a la vista de sus familiares, a la vez que su hermana es también amenazada con ser golpeada. Ahora se encuentra detenido y a la espera de ser acusado", dijo el OCDH en Twitter.
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La hermana de Acosta explicó en un mensaje de voz que dos policías se presentaron en la vivienda del activista para llevarlo a declarar a la unidad de la policía, pero no tenían documento citatorio, así que el reportero independiente no accedió a acompañarlos.
El jefe del sector se presentó en la casa de Acosta un poco más tarde con el documento y el activista y sus familiares fueron a la unidad policial.
Acosta fue a una oficina para ser interrogado por un oficial llamado Moreira. La familia se encontraba en la planta baja de la edificación esperándolo cuando comenzaron a sentir los golpes y gritos que provenían del lugar donde realizaban el interrogatorio al reportero.
La hermana de Acosta explicó que fue un episodio violento. Los policías golpearon al activista incluso frente a los familiares. Ella fue amenazada de que también podría recibir golpes si se interponía. Las autoridades de Guantánamo se negaron a recibir la denuncia de la golpiza.
El pretexto para el interrogatorio con oficiales de policía, fueron unos carteles antigubernamentales que aparecieron en su zona de residencia. El reportero está detenido aún y bajo amenaza de abrirle un proceso penal.
En septiembre Acosta pidió ayuda para trasladarse desde Guantánamo a La Habana. Especificó que necesitaba operar a su hijo de siete años que tenía una hernia. La operación fue exitosa, pero al regresar a su hogar, comenzaron los problemas con la Seguridad del Estado.
El reportero reside con su familia en Baracoa, Guantánamo, en una localidad conocida como Bermejal, en el extremo oriental del país, una de las regiones más empobrecidas de Cuba.
Yoel Acosta fue uno de los primeros cubanos sancionados por el Decreto-Ley 35. En 2021 le impusieron una multa de 2.000 pesos por mostrar las deplorables condiciones de vida de la población en Baracoa.
En esa ocasión, además de imponerle una multa con base en el Decreto-Ley 35/2021, le levantaron un acta de advertencia por "atentar con programas subversivos contra la Revolución".
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