El gobierno cubano convirtió varios ómnibus Diana en ferrobuses para paliar situación del transporte en Holguín, una alternativa a la crisis que ha sido utilizada también en otras provincias del país.
Un reporte del telecentro local Telecristal indica que al menos cinco "guaguas Diana" fueron habilitadas para transitar por las vías férreas de la provincia, medida que beneficia a las personas que no tenían cómo desplazarse en las zonas rurales.
Para la conversión de los ómnibus se adaptó el sistema de rodaje y de frenos; y se dieron mantenimiento a 60 km de rieles con la cooperación de trabajadores de Santiago de Cuba, detalla la información.
Actualmente se cubre con estos medios la ruta desde Báguanos hasta la comunidad La Esperanza, una distancia de 10 km que se transita en una hora y media.
Sin embargo, se prevé cubrir 30 km hasta Sojo Tres, un pequeño barrio rural de Cueto, también en Holguín. Los ferrobuses Diana permiten transportar 24 pasajeros sentados y 20 de pie.
En julio pasado el gobierno cubano dijo que continuaría convirtiendo en trenes algunos "ómnibus en desuso" para la transportación de pasajeros hacia zonas rurales de difícil acceso.
De acuerdo con el Ministerio de Transporte, los nuevos "FERRO BUSES" se habilitan "a partir de ómnibus paralizados modelos DIANA y YUTONG, para transportación de pasajeros y cargas".
Los ferrobuses, conocidos popularmente como "caratas", son ómnibus ya desechados a los que se les colocan ruedas de tren para que puedan circular por las vías férreas.
Se trata de un "servicio que posee alto componente social, planteamientos de la población y una estrategia para contribuir a la movilidad en áreas de difícil acceso", dijo entonces el régimen cubano.
Sin embargo, no ha aclarado demasiado la seguridad de este invento cubano. En mayo pasado uno de los ferrobuses que ya se encontraba en funcionamiento se descarriló en el tramo correspondiente a la localidad de Tacámara, Holguín, mientras cubría la vía Báguanos-La Caridad, sin que se reportaran lesionados.
El valor de un ferrobús adquirido en el extranjero es de 80.000 dólares, y fabricarlo en Cuba tiene un costo que oscila entre los 30.000 y 40.000 pesos en moneda libremente convertible, según el MITRANS.
La escasez de transporte es uno de los dramas de los residentes en zonas rurales cubanas, obligados muchas veces a tomar transportes inseguros –como los llamados riquimbilis– que aumentan notablemente las posibilidades de accidentes de tránsito, una de las principales causas de muerte en el país.
El uso de estos ferrobuses ya es un hecho no solo en Holguín, también en Cienfuegos, Sancti Spíritus, y otras localidades de la isla.
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