La activista política cubana Omara Ruiz Urquiola, a quien el régimen castrista le impide volver a su patria, se reunió con una funcionaria de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de EE.UU., para conocer la posición del gobierno de Joe Biden sobre su caso.
Días después de presentar una queja ante el Departamento del Transporte contra las aerolíneas Southwest Airlines y American Airlines, Omara sostuvo un encuentro con Karin Lang, Coordinadora de Asuntos Cubanos, quien en su opinión, "poco o nada sabe de Cuba".
"No obstante, hizo gala de toda la prepotencia que cabe a la 'mejor' tradición despótica de la diplomacia norteamericana, interrumpiendo todo el tiempo y exponiendo su falta de conocimiento con total desfachatez", relató en su muro de Facebook.
En la reunión, la funcionaria estadounidense habló de la importancia que le da la administración Biden al tema de los derechos humanos, por lo cual prioriza el intercambio "people to people", con vuelos para que los cubanoamericanos puedan llevarle cosas a sus familiares.
"Yo no podía dar crédito a lo que oía cuando esta diplomática de experiencia continuó diciendo que ellos 'dan lo que creen que es mejor para el pueblo cubano", dijo Omara, quien se define como una cubana conoce la estirpe de que está hecha su patria.
"Y hasta ahí aguanté a la fresca y atrevida funcionaria. ¡Ella no sabe lo que lleva Cuba adentro!", expresó Omara.
La activista pidió la palabra, dio las gracias y anunció que se iba, ante la falta de seriedad.
"Mi indignación me permitió decir a la Sra. Lang y a su equipo, que quienes sabemos lo que es mejor para los cubanos, somos los cubanos; que yo también soy el pueblo cubano y ahí está mi vida entera aportando socialmente a mi país para atestiguarlo", recalcó.
Ruiz Urquiola agregó que quien quiera ayudar a los cubanos tiene que respetar su decisión de ser libres, y aseguró que de la actual administración norteamericana los cubanos solo pueden esperar irrespeto y subvaloración.
"Nosotros podemos producir nuestra comida, pero para eso tenemos que ser libres, o dependeremos eternamente de las dádivas ajenas y de extraños que deciden que es lo que nos conviene, como si fuésemos sub-normales", subrayó.
"Yo no tengo ningún poder, solo soy una persona a quien pisotea tanto la dictadura como su nuevo socio poderoso del norte, pero ninguno de los dos logrará callarme", puntualizó.
Por último, Omara afirmó que el castrismo está llevando a Cuba a ser una una república bananera de hoteles y negocios, donde el pueblo no tendrá voz ni voto, aunque tenga las barrigas llenas.
"Eso no es un país. (...) Qué dolor ser hija de un pueblo maniatado por propios y ajenos para dar continuidad a su esclavitud. Dios y la Virgen salven a Cuba, yo no puedo ver la luz", concluyó.
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