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La selección senegalesa supo prescindir del gran Sadio Mané y se impuso 3x1 al representativo de Qatar, un anfitrión cuya aventura mundialista quedó descabezada en solo dos encuentros.
Era un partido a ganar o morir entre el campeón de Asia y el monarca de África. Llegaban en la misma desesperada situación, pero luego de haber generado sensaciones contrastadas.
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La escuadra de la sede lo hacía tras un debut accidentado ante Ecuador donde sus hombres lucieron torpes y nerviosos, a tal punto que el público le dio la espalda a mitad del desafío.
En tanto, la de Senegal había ofrecido dura resistencia a Holanda, a la cual sometió en varios pasajes de un juego que se le escapó en las postrimerías.
Es decir, quien perdiera este viernes en el Estadio Al Thumama decía adiós a la Copa. Y el que más papeletas tuvo siempre para pasar por ese trance era el modestísimo Qatar.
Nada más que pitó el español Mateu Lahoz, Senegal tomó el mando del partido, aunque todo sea dicho, no mostraba la capacidad asociativa que le permitió complicarle la vida a la Oranje. Pasaron los minutos, el empate persistió, y de pronto pareció que los locales tomarían la punta en una jugada que pudo ser penal pero no se decretó.
Ocurrió en el minuto 33. Akram Afif penetró al área, Kalidou Koulibaly lo arrolló, mas Lahoz entendió que Afif se iba dejando caer previo al contacto. De esa guisa, Qatar se perdió la ocasión de anotar su primer gol mundialista, y la escena quedó preparada para que los Leones de Teranga rugieran finalmente.
Por esta vez la angustia qatarí no fue gracias al arquero. Saad Al Sheeb había hecho horrores en el duelo ante Ecuador, y aunque su reemplazante también puso lo suyo, ciertamente no tuvo la culpa de que Boualem Khoukhi fallara en un despeje aprovechado por Boulaye Dia (m.41) para que el baile fuera dueño de las gradas.
Al volver de los vestuarios subió el segundo gol a la pizarra, obra de un cabezazo casi absurdo de Famara Diedhiou (’48). Qatar, herida en el orgullo, sacó pecho y se fue a la batalla, controló el centro del campo y la pelota, plantó un cerco a la meta de Edouard Mendy y a punto estuvo de batirla al ’66 en una acción a la que respondió brillantemente el portero del Chelsea.
Lejos de amainar con ese paradón, el temporal local creció y creció hasta precipitarse en el tanto rubricado por Mohammed Muntari (’78), que pasó de inmediato a los libros de la gloria nacional. No obstante, seis minutos más tarde se produjo el anticlímax con un disparo seco y cruel de Bamba Dieng.
Las cortinas se corrían para la escuadra anfitriona, segunda de la historia -después de Sudáfrica- que se despide en la primera fase del torneo.
Senegal está de fiesta, toda vez que depende de sí mismo para avanzar a octavos de final. Si lo consigue o no, ya lo sabremos el martes 29 al concluir su choque ante la Tri ecuatoriana.
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