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El legendario Louis van Gaal llevó a Holanda a su décimonovena salida consecutiva sin perder al imponerse al último representante de Concacaf que quedaba con vida en la Copa, Estados Unidos, en partido que concluyó 3x1.
En la inauguración de los octavos de final se plantaron la reina sin corona y el poder emergente del fútbol. Una Holanda que es la eterna aspirante y un Estados Unidos muy joven que desde ya amenaza para el próximo Mundial, el cual dicho sea de paso tendrá como escenario a Norteamérica.
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Colgada de la libreta de Van Gaal, la “Oranje” se presentó en Qatar con un equipo sin las sutilezas de versiones precedentes, pero que hace un constante alarde de trabajo táctico y efectividad de cara al marco, justo las armas con las que dejó casi definido el desafío al cumplirse el primer tiempo.
Los dos goles de ese tramo salieron de jugadas similares. La del minuto 10 partió de una soberbia jugada colectiva que desembocó en centro de Denzel Dumfries para la llegada de Memphis Depay, ya en plena forma física. La otra tuvo lugar en el descuento del período y se resumió en un nuevo pase de Dumfries al corazón del área, con remate del veterano Daley Blind.
Aquí, Blind (32 años y 269 días) se convirtió según MisterChip en el segundo goleador más veterano de Holanda en las Copas del Mundo, por detrás de Giovanni van Bronckhorst, quien le anotó a Uruguay con 35 años y 151 días en 2010. Y otro detalle: Depay se puso a siete dianas de alcanzar al líder histórico de su selección, Robin van Persie, que lo logró 50 veces.
Ahora bien, antes de que Holanda tomara control de la pizarra, Estados Unidos gozó de una ocasión fenomenal que pudo haber cambiado el curso del partido en lo futbolístico y lo emocional. Sucedió apenas a los tres minutos y la tuvo su jugador estrella, Christian Pulisic, en un mano a mano que no definió acertadamente ante Andries Noppert.
Los de las barras y estrellas no volvieron a disponer de un chance como ese –aunque vale resaltar el trallazo de media distancia de Tim Weah-, porque en adelante los eternos candidatos desconectaron a placer sus piezas ofensivas.
Ya en el complementario, el arranque fue testigo de un intercambio de golpes donde parecía que Estados Unidos podría llevar la mejor parte. Sin embargo, la escuadra europea tiró de experiencia, se compuso y de golpe y porrazo retomó el joystick del juego. ¿Fin de la historia? Pues mire usted que no, porque el azar también tiene su espacio en el terreno...
Faltaba un cuarto de hora para que se cumpliera el trámite cuando Pulisic lanzó un golpe raso al centro que pegó caprichosamente en el tacón del suplente Haji Wright. La pelota se elevó, rebasó al gigantesco Noppert en su retroceso y terminó colándose a un palmo de la escuadra.
Envalentonado, Estados Unidos se mandó arriba y cercó el arco de la “Oranje”. Por un momento dio la sensación de que el empate tocaría franquearía el umbral del Khalifa International Stadium, pero lo cierto es que ello no ocurrió: al minuto 81, Blind y Dumfries se combinaron para volver a vestirse de verdugos y el 3x1 corrió las cortinas del sueño americano.
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