Sin Cristiano Ronaldo en el grupo de partida, la selección portuguesa liquidó 6x1 a una apática Suiza con su mejor demostración en el torneo mundialista de Qatar.
El técnico Fernando Santos sacudió el árbol de un equipo que venía de caer ante Corea del Sur y no solo dejó fuera del once abridor a Joao Cancelo y Ruben Neves, sino también a CR7, cuya salida de la titularidad era un reclamo popular.
Encima, el veterano entrenador volvió a tirar de personalidad con el hombre elegido para el reemplazo, pues si bien la mayoría pedía la entrada de André Silva, él prefirió darle la vacante a un jovencito de 21 abriles, Gonçalo Ramos.
Y la apuesta no pudo salirle mejor. Apenas al minuto 17, el atacante del Benfica recibió escorado hacia la izquierda, aprovechó la pasividad de Fabian Schar y clavó la pelota donde tejen las arañas en el poste defendido por el guardameta Yan Sommer.
El gol les sentó bien a los lusos, quienes empezaron a tocar con una soltura y confianza que no habían enseñado en el evento, triangulando de maravillas y asociándose en sectores ofensivos.
Todo sea dicho: Suiza lucía muchísimo más blanda que en las versiones ofrecidas versus Brasil y Serbia, y de la inoperancia generalizada solo se rebelaba Breel Embolo, un incordio constante para los centrales de la Seleçao das Quinas. Portugal imponía su ley casi a tiempo completo, y en una de esas Pepe puso el 2x0 al '33, con la testa y a la salida de un tiro de esquina.
Los helvéticos bajaban los brazos ante la superioridad del oponente, que si no cerró la goleada en la primera parte fue gracias a la sensacional parada de Sommer sobre el disparo cruzado de Ramos (m.43).
No obstante, el suplente de Cristiano volvería a ver puerta en el '51 luego de una gran jugada de conjunto coronada por el servicio raso de Diogo Dalot para que Ramos le diera un toque suave entre las piernas del arquero. Y más tarde, al '67, se apuntaría el primer hat-trick del campeonato con una pequeña vaselina.
Vale destacar que entre esas dos dianas subieron a la pizarra la anotación de Raphael Guerreiro ('55) y la honrilla de los suizos, anotada al '58 por Manuel Akanji.
Ya con la historia definida, el técnico mandó al terreno a un CR7 que fue vitoreado por la grada y tuvo oportunidad de convertir el Estadio Lusail en manicomio con un cobro que estrelló violentamente en la barrera. Después marcó, pero en offside.
De ponerle el último clavo al ataúd se encargó Rafael Leao, con un golpeo de antología.
A la postre Portugal sacó su tercer billete a cuartos de final, tras los alcanzados en 1966 de la mano de Eusebio, y en 2006 con el equipo donde debutó Cristiano en los Mundiales.
Ahora, con o sin el de Madeira en el once titular, los lusitanos deberán enfrentar el muro marroquí el próximo sábado.
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