Dos hospitales cubanos implementaron un proyecto dirigido a la "atención al parto respetuoso", días después de que la prensa oficialista se hiciera eco de varias denuncias de embarazadas que sufrieron durante el parto por parte del personal de salud.
El proyecto tiene como objetivo que el alumbramiento sea un momento placentero para la mujer, y que esta pueda decidir algunos procederes y esté acompañada por algún familiar.
Por el momento, la experiencia se desarrolla en dos instituciones: el hospital provincial Camilo Cienfuegos, de Sancti Spíritus, y el ginecoobstétrico Ramón González Coro, de La Habana.
La enfermera María del Pilar Hernández Pérez, del centro espirituano, reveló al periódico Escambray que este enfoque conlleva preparar a las gestantes para que puedan decidir cómo quieren dar a luz, qué posición prefieren adoptar, hacer partícipe a algún familiar de ese momento, evitar la medicación y lograr que el proceso sea totalmente fisiológico.
Según la licenciada, en esta modalidad la mujer estará acompañada, decidirá si quiere dar a luz en cuclillas o de forma vertical, en vez de la tradicional postura, acostada en la mesa ginecológica; si desea oír música al momento del parto, o usar métodos para aliviar el dolor como los masajes o el cambio de posturas, en lugar de tomar medicamentos.
El "nuevo" proyecto surgió teóricamente en 2017, cuando se elaboró una guía de prácticas para el parto respetuoso y personalizado sobre cómo debe proceder el personal de salud en todas las etapas del proceso.
De acuerdo con Escambray, se trata de una apuesta por una mayor sensibilidad por parte de todos los involucrados, para que el parto sea un momento natural y feliz donde no se violente a nadie, lo cual requiere cambiar las mentalidades.
Hernández Pérez, responsable del proyecto en el hospital espirituano y una de las autoras de esas normas que jamás se implementaron, precisó que se necesita capacitar a médicos, enfermeros y personal auxiliar como camilleros y recepcionistas, así como a los médicos de la atención primaria de salud, además de a las embarazadas y sus familiares que vayan a acompañarlas en el parto.
En su opinión, esta investigación-acción debe convertirse en una alternativa que pueda suplantar el modelo convencional medicalizado que impera hoy en el país.
Hay embarazadas que no podrán incluirse en el proyecto porque no cumplen con los criterios clínicos y obstétricos. Por ejemplo, las que padezcan de preeclampsia durante el embarazo, trombocitopenia, patologías cardiovasculares, o que hayan tenido partos complicados anteriores.
La reactivación de este proyecto, cuyas normas prácticas datan de hace cinco años, tiene lugar después de que la prensa independiente y las redes sociales difundieras testimonios de cientos de mujeres que denunciaron sufrir violencia obstétrica en los hospitales cubanos.
Recientemente Periódico 26, de Las Tunas, divulgó los casos de dos madres que fueron víctimas de maltrato por parte de los médicos y enfermeras que las trataron durante el parto.
Una de ellas, nombrada Yanelis, de 25 años, relató que en el hospital Ernesto Guevara la sometieron a cuatro o cinco tactos, tras lo cual pasó más de 24 horas en una cama, penando.
"Me orinaba del dolor y nadie venía a verme. Cuando empecé a llamar gente, el médico más viejo me trató como si fuera una niña que debía castigar. (...) Pensé que iba a morir y que no lograría tener a mi bebé. No te puedo contar cuántos 'torniquetes' me hicieron sin decirme una palabra. No voy a olvidarme nunca de la indolencia del personal que me atendió", recalcó.
Otra madre nombrada Leidis, de 29 años, denunció que al entrar al salón la enfermera la miró mal, porque estaba en la entrega de turno y parecía como si la embarazada le molestara.
"El médico se colocó frente a mí y dijo en voz alta: '¿Siempre gritas así para todo? Gozaste, ahora te toca sufrir. Aquí aguanta, porque tú quieres tener un hijo, nadie te obligó y parir duele, ¿no te lo explicaron?'. Habló más, pero por vergüenza no lo repito. A mí se me caía la cara de la humillación y le respondí que me estaba maltratando", detalló.
En el hospital Camilo Cienfuegos de Sancti Spíritus, donde se adoptó el proyecto de atención al parto respetuoso, una madre perdió a su bebé con más de 37 semanas de gestación en septiembre pasado.
Los padres de la pequeña fallecida, trabajadores de la salud, relataron a CiberCuba que era el segundo de sus hijos que moría por negligencia médica en menos de dos años, y culparon de ello a la falta de toma de decisiones del director del centro.
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