El imponente acuario cilíndrico AquaDom, el mayor del mundo con 15 metros de altura y unos 1,500 peces exóticos, reventó este viernes a primera hora.
La atracción, situada en el interior del hotel Radisson, estalló y provocó el derrame de un millón de litros de agua y de multitud de fragmentos de cristal que causaron heridas a dos personas, quienes debieron ir al hospital.
Un portavoz de los bomberos reveló que sobre las 5:45 de la mañana se oyó un ruido muy fuerte. El agua se filtró casi por completo, tanto dentro del edificio como hacia la calle. También volaron partes de la fachada del hotel.
"Debido a la alta presión del agua del acuario, al reventar se llevó por delante un montón de objetos, que ahora están esparcidos por la calle", dijo.
Hacia las 5:45 de la mañana (4.45 GMT) se oyó un ruido muy fuerte, señaló un portavoz de la policía, quien agregó que partes de la fachada del hotel donde se encontraba el acuario volaron a la calle.
Un centenar de miembros de los equipos de emergencia acudieron al lugar, ubicado en un complejo de ocio del centro de la ciudad, que además del hotel alberga un museo, tiendas y restaurantes.
Unas 350 personas alojadas en el hotel fueron evacuadas.
Al momento de la redacción de esta nota no se conoce la causa del hecho, aunque la policía dijo que no visto indicios de que se trate de un atentado.
Según el diario Bild, la rotura del acuario es el resultado de lo que denominó "fatiga de materiales", pese a que el AguaDom se reabrió en 2020 tras más de dos años de obras de renovación que costaron 2,6 millones de euros, en las que se cambiaron las juntas de silicona y se limpió a fondo la piscina.
"La explosión fue tan fuerte que incluso dos sismógrafos en Berlín registraron la explosión. Porque el agua tenía un peso de 1,000 toneladas", precisó la publicación.
El AquaDom tenía 11 metros de diámetro y estaba relleno de 900,000 litros de agua salada. Fue construido con vidrio sintético y en su interior poseía un ascensor transparente para que los visitantes pudieran disfrutar de los peces desde el interior.
La alcaldesa de Berlín, Franziska Giffey, calificó el incidente como de "verdadero tsunami", pero se alegró de que hubiera sucedido tan temprano, pues horas después debían llegar los primeros turistas y "tendríamos que informar sobre daños humanos terribles".
El acuario era una de las grandes atracciones turísticas de la ciudad, se construyó en 2003 con una inversión de 12,8 millones de euros.
Por 19 euros los visitantes podían ver 1,500 peces de más de 100 especies diferentes como el pez payaso, el pez murciélago de aleta larga, el pez espiga paleta, ninguno de los cuales sobrevivió.
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