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Una abuela cubana y su nieto viven al borde de un precipicio dentro de su propia casa en La Habana Vieja, luego de que se derrumbara un cuarto de su domicilio, según trascendió en redes sociales de cubanos que denunciaron su caso.
Ironida y su nieto -que padece una enfermedad mental- viven desde hace seis meses al borde de un hueco con más de cinco metros de profundidad porque se derrumbó un cuarto de su vivienda, sita en la calle Monte, en La Habana Vieja, y desde entonces duermen en la sala, según denunció este martes la internauta Yaiset Rodríguez Fernández en su cuenta de Facebook.
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No solo perdieron su cuarto, sino que están en peligro de muerte, si por azares de la vida resbalan cerca del abismo; sin embargo, el gobierno no ha intervenido para solucionar su caso, aunque ha solicitado ayuda "a cuantas instituciones ha podido".
"Ha pedido ayuda a cuantas instituciones ha podido, pero continúa a medio paso del precipicio de dejadez y antipatía", reclamó la cubana en su post.
La internauta contó que Ironida estaba en la tienda cuando la llamó su nieto para decirle que se había caído el cuarto. Afortunadamente, escribió la mujer, la habitación no cayó en la cama de los vecinos de abajo, quienes se habían mudado al frente.
De acuerdo con la información ofrecida en la denuncia del caso, la entrada del edificio multifamiliar donde se ubica se sostiene "por estética milagrosa", pues la estructura "tiembla" cuando pasan vehículos pesados.
El pastor Alexander Laurencio, cuya congregación trata de ayudar a la señora y su nieto, también condenó la inacción del gobierno que no tiene interés en una "solución a corto o mediano plazo".
Muchos internautas concordaron en que el gobierno no le importa la vida de los cubanos sino continuar oprimiendo al pueblo "en hambruna y necesidad", mientras ellos viven a expensas de la población.
La situación de Ironida no dista mucho de la de otra abuela cubana, María Margarita, cuyo techo sufrió un derrumbe parcial y estuvo a punto de morir junto a su nieto en su vivienda en La Habana Vieja.
Desde que ocurrió el derrumbe parcial del techo del cuarto en su casa, ambos duermen en la sala, por miedo a que otra zona de la vivienda colapse, pues el techo del segundo cuarto se filtra y corren el riesgo de que se desplome.
La señora, de 65 años, padece, como Ironida, el abandono y la desidia de las autoridades, que no se presentaron en el lugar del derrumbe, ni ofrecen opciones para mejorar su vivienda ni para la reparación del edificio.
María Margarita ha sido "peloteada" de una institución estatal a otra, desde hace un año que presentó su caso ante las oficinas de vivienda, sin que nadie resuelva su problema y dejándola expuesta al peligro a ella y a su nieto.
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