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Cubanos denunciaron los altos precios del diminuto pez tetí, oriundo de los ríos de Baracoa y un manjar que solo se come en esta región del oriente cubano.
Incluso en plena temporada de pesca del pececillo, que solo puede realizarse a partir de la fase de cuarto menguante de la luna, durante los meses entre julio y enero, los precios ascienden a los 200 pesos por libra, según trascendió de un reportaje de Radio Baracoa.
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Según explicó en la emisora radial Idalmis González Noa, directora de la Unidad Empresarial de Base de la Pesca, la captura del tetí inició el 16 de diciembre y están creadas las condiciones logísticas para garantizar la captura.
En su intervención, la mujer explicó que en las pescaderías estatales el manjar se comercializa a 65 pesos por kilogramo, en una presentación en una bolsa de plástico con ese peso.
González Noa agregó que el objetivo es ofertar también el producto al turismo y a diferentes unidades gastronómicas.
Sin embargo, los altos precios del pez en las empresas privadas y en grupos de compra-venta en la zona distan mucho de los costos aprobados por la empresa estatal.
Aunque la directiva asegura que los grupos de pescadores autorizados disponen de todo lo necesario para atrapar al paz, la mujer no se refiere a otras cuestiones preocupantes y que explican los altos costos, como la poca o nula disponibilidad en las redes de comercio estatal y a las trabas para ejercer libremente su captura en el territorio.
Un pescador de Baracoa denunció que la misma directiva que ahora promovía los bajos precios del tetí, impidió hacer contratos de pesca a quienes durante más de 15 años habían ejercido ese oficio.
Según contó otro pescador al medio independiente CubitaNow, Idalmis González Noa envía a inspectores, guardafronteras y policías para que solo estén dedicados a la pesca del tetí las brigadas estatales. "Te botan de la playa como si ella fuera la dueña de la playa".
El ciudadano expuso, además, que en Baracoa ya no se come tetí "porque ella lo manda todo para Guantánamo" y ha debido botar varios cargamentos porque se han podrido en las neveras por no venderlos a la población.
La pesca artesanal del tetí está considerada una tradición cultural en el Oriente de Cuba. Siempre han participado grupos de pescadores, cada uno con funciones bien determinadas.
Unos se ocupan de los faroles para iluminar, otros atrapan los peces con la sábana, mientras otros deben transportarlos y comercializarlos con inmediatez.
Se capturan con una malla muy fina o usando una sábana que deja correr el agua y retiene a los peces. En su forma se parecen a las angulas.
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