Las autoridades migratorias de Estados Unidos liberaron este jueves a varios migrantes cubanos con orden de deportación que solicitaron refugio político en meses pasados y cuyos datos confidenciales fueron filtrados por error por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).
Según informaron el diario El Nuevo Herald y canales locales de Miami, varios inmigrantes cubanos -de un grupo de hasta 17 que permanecían intenados en el Centro de Transición de Broward (BTC), en Pompano Beach- salieron absueltos este jueves, mientras afuera los esperaban felices sus familiares, que habían protestado incansablemente por su reclusión.
Algunos de los indocumentados cubanos testificaron a El Nuevo Herald que fueron puestos en libertad con una orden de supervisión durante un año, luego de la promesa del DHS de paralizar su deportación.
"Estoy muy contento, fue una odisea salir de Cuba. Gracias a mi familia que hizo todo lo posible y lo imposible para sacarme de aquí", exclamó Ronaldo Rodríguez Torres luego de abandonar el BTC, añadiendo que tiene que presentarse en la sede del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en Miramar en enero de 2023, por estar condicionada su libertad.
Según declaró su esposa al diario, ella y Rodríguez ingresaron juntos a Estados Unidos a finales de octubre, pero a su cónyuge lo mantuvieron detenido en el centro migratorio.
"Estoy muy contenta de tenerlo por fin aquí. Parecía un sueño, incluso ayer", dijo, y manifestó su alegría y esperanza de que ahora su esposo pueda estudiar y trabajar.
Andy García, de 26 años, también se vio libre este jueves después de que él y su hermano ingresaran a territorio estadounidense por Texas y solo él quedara bajo custodia.
"Voy a celebrar mi libertad, algo que hemos estado esperando mucho tiempo", ratificó el joven.
Desde que el DHS revelara por error a La Habana que algunos de los inmigrantes con orden de deportación pidieron protección a EE.UU. contra la persecución o la tortura, muchos de ellos temían ser devueltos a Cuba por la posibilidad de terminar presos y sin derecho a juicio.
De acuerdo con los testimonios de varios inmigrantes, hace más de 40 días habían recibido una carta del ICE disculpándose por la filtración de los datos personales de más de 6,000 migrantes, que contenía nombres, números de registro de extranjero, fechas de nacimiento, países de ciudadanía, nombres de centros de detención y otras informaciones migratorias, entre ellas las decisiones relacionadas con el "miedo creíble" o razonable de cada caso.
Como la filtración violó sus disposiciones de confidencialidad, el ICE prometió no deportarlos forzosamente y permitirles reabrir sus peticiones de refugio, pero permanecieron largo tiempo sin una respuesta oficial y sus familiares protestaron hasta el cansancio por la pasividad de las autoridades.
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