Autoridades sanitarias cubanas dieron detalles de lo que se sabe hasta el momento sobre la muerte de ocho recién nacidos prematuros que fallecieron en el Hospital Materno Infantil Hijas de Galicia, trágicos hechos que motivaron incluso la apertura de una investigación.
La jefa de la sección materno-infatil de La Habana subrayó en un extenso artículo publicado este miércoles en Cubadebate que lo sucedido no afectó a todo el hospital ni a toda la unidad de cuidados intensivos, sino que estuvo circunscrito al cubículo de bebés con bajo peso, de quienes insistió en subrayar que son pacientes propensos a enfermarse por las delicadas condiciones de su nacimiento.
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“No existe contaminación en el resto de la terapia intensiva, y en el caso del cubículo que estuvo expuesto, actualmente quedan cuatro pacientes ubicados en una extensión creada emergentemente, todos con evolución favorable hasta el momento”, precisó Yaima Rodríguez Espinosa, especialista de primer grado en pediatría y jefa de la sección materno-infantil de La Habana.
La doctora admite, no obstante, que a partir de la segunda quincena de diciembre de 2022 llegaron a la sala de cuidados intensivos neonatológicos de ese centro hospitalario mayor cantidad de pacientes, sobre todo recién nacidos pretérmino, los llamados CIUR (crecimiento intrauterino retardado o bajo peso).
“Desde el 11 de enero, ante la sospecha clínica, deterioro y posterior fallecimiento de un bebé con signos presuntivos de sepsis, asociados a factores de riesgo, y que hacía a estos niños más vulnerables, se comenzaron a tomar medidas que nos permitieron identificar otros casos en el servicio”, señaló la especialista.
Tal como ya indicó la nota oficial del MINSAP que dio cuenta de los hechos, la doctora insistió varias veces en que no todos los fallecimientos estuvieron relacionados con el evento de sepsis (infección generalizada) que se investiga, y acotó que cuatro de los bebés fallecieron por circunstancias asociadas a su prematuridad extrema.
Dice que algunos estaban siendo tratados en la terapia intensiva desde hace más de 20 días por sus condiciones de salud.
Explicó que uno de los casos era un bebé nacido a las 29 semanas con apenas 1,100 gramos de pesos, cuya madre llegó al hospital con un cuadro de eclampsia grave. Circunstancia ante la cual procedieron a interrumpir el embarazo en beneficio materno.
“Sabíamos desde el inicio que nos estábamos enfrentando a un hecho heroico si lográbamos salvarle la vida”, contó la entrevistada sobre el bebé.
La doctora añadió que ante la sospecha clínica del empeoramiento al personal médico se les encendieron las alarmas y comenzaron a buscar conjuntamente con epidemiología las posibles causas de la cadena de fallecimientos.
Ante la sospecha clínica de sepsis, adoptaron medidas desde el punto de vista clínico-epidemiológico y tomaron muestras a todos los niños de neonatología, independientemente de que estuvieran en el citado cubículo o no.
La especialista explicó que cuando se habla de "cubículo patológico" hay que recordar que es el destinado a los bebés que salen de la unidad de cuidados intensivos, que nacieron con una condición patológica y van a ese cubículo a recibir tratamiento de antibióticos.
Asegura que el evento de sepsis se manifestó allí y no afectó al resto de los cubículos, cuyos pacientes están asintomáticos.
Una de las medidas que ha tomado el centro hospitalario desde la muerte de los bebés ha sido el refuerzo del personal médico y de enfermería en el servicio.
Han colocado una enfermera por paciente, independientemente de la patología que tengan -sea séptica o no- para asegurar la menor manipulación de los bebés.
La doctora dice que a pesar de la crisis de insumos que afecta a la salud pública en Cuba, el aseguramiento médico y no médico para el servicio de neonatología estuvo garantizado, y que no fue uno de los factores que desencadenaron los tristes hechos.
“Incluso tuvimos colistina, un antibiótico de última generación usado para bacterias gramnegativas. Tuvimos toda la disponibilidad necesaria, así como otros antibióticos que fuimos aplicando”, señaló Rodríguez Espinosa, quien reiteró en varias ocasiones la condición vulnerable de los pacientes fallecidos.
"Hablamos de niños que tienen condiciones médicas, factores de riesgo importantes [...] su comportamiento no es igual al de otros pacientes, pues está inmunodeprimido y más vulnerable a padecer complicaciones médicas [...] Muchas veces hemos dicho que estos son niños que ya nacen enfermos. Las siglas CIUR son explícitas en su significado", concluyó.
La muerte de ocho recién nacidos fallecidos desde comienzos de año en el Hospital Ginecobstétrico de Diez de Octubre dispararon las alarmas de las autoridades sanitarias cubanas y dispararon también los comentarios en redes sociales acerca de la crisis de la sanidad cubana, así como las conjeturas sobre lo que podría haber pasado en este caso en particular.
Los trágicos sucesos del Hospital Hijas de Galicia tuvieron lugar en momento en que la salud pública atraviesa por una situación de precariedad por falta de medicamentos e insumos y deficiencias en la atención primaria, a la vez que se ha disparado el índice de mortalidad infantil a los niveles más altos de los últimos 20 años.
Cuba registró el pasado año una tasa de mortalidad infantil de 7.5 por cada mil nacidos vivos, un índice considerado elevado en comparación con sus bajos registros históricos, que constituían tema de exaltación de la propaganda gubernamental. En 2021 la estadística escaló a 7.6, la más elevada en las últimas dos décadas, según datos del MINSAP.
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