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Camila Leyva Obregón es una madre cubana que está pidiendo justicia tras la muerte de su bebé recién nacido en el Hospital Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, Granma.
Según su testimonio, el niño falleció a los 11 días de nacido debido a lo que considera una serie de negligencias médicas y una atención deficiente por parte del personal del hospital.
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La mujer relató en una desgarradora publicación en Facebook que el 10 de enero acudió al hospital tras romper fuente en su casa.
A pesar de llegar alrededor del mediodía, asegura que permaneció perdiendo líquido amniótico hasta las 5:00 a.m. del día siguiente, cuando finalmente fue trasladada para dar a luz.
Según sus palabras, durante ese tiempo el personal médico no le brindó una atención adecuada: las enfermeras y el médico de guardia estaban dormidos.
El bebé nació aparentemente sano el 11 de enero y fue llevado junto a su madre a la sala de recuperación.
Sin embargo, dos días después, el 13 de enero, los médicos decidieron trasladarlo a la sala de prematuros debido a una coloración amarilla en la piel.
Posteriormente, le realizaron una placa que indicó la presencia de neumonía.
La madre asegura que le hicieron una punción lumbar al bebé sin su consentimiento, y que al reclamar por las condiciones de su hijo, quien presentaba sangrado, las enfermeras le aseguraron que el niño estaba mejorando.
Sin embargo, el bebé comenzó a convulsionar y falleció después de lo que el personal médico describió como ocho paros respiratorios.
Hasta la fecha, las explicaciones ofrecidas por el hospital sobre la causa de la muerte han sido contradictorias.
Según la madre, le han dicho que el bebé murió por neumonía, un derrame cerebral, problemas de coagulación y sepsis generalizada.
"Mi bebé solo me duró 11 días. Lo que hicieron fue matarlo", afirmó con dolor la madre, quien busca justicia para evitar que otras familias pasen por situaciones similares.
En los últimos años son varios los casos de familias que ha denunciado en redes sociales la muerte de niños pequeños o incluso de bebés recién nacidos como consecuencia de presuntas negligencias médicas.
En febrero del pasado año, un niño de apenas dos años falleció también La Habana por el diagnóstico equivocado de una meningitis bacteriana, una enfermedad muy grave que en pocas horas puede llevar a un fatal desenlace, como ocurrió en ese caso.
Se trataba de una marcada urgencia médica que, incluso tras ser correctamente diagnosticada, debía haber sido tratada lo más pronto posible en aras de minimizar posibles secuelas.
También a inicios de 2024, un padre guantanamero denunció la muerte de su hijo de ocho meses luego de que supuestamente los médicos no detectaran a tiempo que el menor tenía una malformación congénita en el corazón y le diagnosticaran una otitis.
En otro caso de presunta negligencia médica, en enero del pasado, fue denunciada la muerte, en ese caso de un bebé recién nacido en el Hospital General Docente Enrique Cabrera Cossío, conocido popularmente como “Hospital Nacional”, en La Habana.
Denuncias similares son frecuentes en medio del evidente colapso del sistema de salud pública cubano, marcado por la creciente escasez de especialistas e insumos.
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