El caso de una familia habanera que, según afirman vecinos, comete maltrato animal e infantil, motivó una denuncia colectiva ante las autoridades, que se desplazaron hasta la vivienda, pero no pudieron practicar ninguna diligencia que pusiera fin a la situación.
Cansados de una situación que dicen se repite, los vecinos de un edificio del municipio Playa acudieron a las autoridades para denunciar una vez más el maltrato al que son sometidas una niña y su mascota, un perrito que presuntamente sufriría a manos de la propia menor de edad.
La familia, compuesta por tres generaciones de mujeres (abuela, madre e hija), habría cometido maltrato contra anteriores mascotas, según los vecinos. En esta ocasión, la víctima sería un perro cachorro. Además, las constantes peleas y agresiones físicas entre la abuela y la madre estarían afectando la salud psicológica de la menor.
“Adjunto tres documentos que me han hecho llegar las protectoras. Son denuncias escritas y firmadas por los vecinos del edificio, quienes ya no pueden seguir soportando la convivencia con esta familia altamente disfuncional, y muestran gran preocupación por el estado mental y físico de la pequeña”, refirió la usuaria Valia Rodríguez en un post del grupo de Facebook ‘Cuba contra el Maltrato Animal’.
En su post, la animalista compartió un largo texto en el que una de las vecinas describe la situación de esta familia, a la que califica de “disfuncional”, y lamenta la poca capacidad de maniobra de las autoridades para solucionar el problema.
“La policía no acude a los llamados de los vecinos porque conoce la situación de peleas constantes entre las dos mujeres”, lamentó la autora de la publicación. Según afirmó, la situación se viene denunciando desde el 4 de marzo de 2022, pero no ha sido hasta ahora que han intervenido todas las autoridades competentes relacionadas con el caso.
La última denuncia de los vecinos fue motivada por la preocupación de “salvar a la niña y evitar que siga torturando y matando animales”. Acorde al testimonio de la denunciante, la menor padecería trastornos del espectro autista que podrían agravarse por su comportamiento y la violencia del entorno familiar, de la cual existirían testimonios y videos de vecinos.
Según la denunciante, la familia tiene “un largo historial de violencia doméstica, maltrato infantil y maltrato animal”, que incluirían cargos por desorden público y sentencias judiciales de prisión (dos años) por el delito de “agresión”. Esta redacción no pudo contrastar estos presuntos antecedentes.
Al parecer, la niña ya habría causado la muerte de dos gatos y un perro. “Un segundo perrito ya le fue retirado en un operativo anterior bastante farragoso”, refiere la denunciante, que asegura que la abuela y la madre protagonizan frecuentes y violentos altercados en presencia de la menor, que grita aterrorizada y huye de sus mayores.
Ante las reiteradas denuncias, el miércoles 18 de enero “se presentaron en la vivienda de esta familia” el jefe de la Delegación Veterinaria de Playa en representación de Sanidad Animal, acompañado de la jefa de Sector, efectivos de la PNR, la doctora que atiende el área de Salud y otras autoridades.
Luego de un tenso intercambio con las adultas de la familia, las autoridades les recordaron que, de no enmendar su comportamiento, les podrían retirar a la mascota, así como la custodia de la menor, una decisión que contaría con el aval del médico de cabecera, pero que requiere de protocolos de intervención más complejos y avalados por la Fiscalía Nacional y otras instancias.
De igual forma, levantaron acta de lo sucedido y “se determinó que se organizará una comisión para evaluar el estado de salud de ellas, del animalito y principalmente llevar el caso a Fiscalía con respecto a la menor de edad”.
Según la denunciante, debido al desconocimiento del Decreto-Ley 31 de Bienestar Animal y la inseguridad ante una situación potencialmente explosiva, el operativo no fue llevado hasta sus últimas consecuencias. “Todo quedó como estaba”, indicó, a la vez que afirmaba haber reportado el caso ante la “Fiscalía Nacional a través del número del Fiscal de Guardia y se me aseguró que se me daría respuesta”.
“La estoy esperando”, manifestó la denunciante, a la vez que expresaba su asombro porque “en el seno de nuestra sociedad se ignore la existencia de semejante historia, en la que tres seres viven por debajo de la condición humana sin recibir atención de las instancias cuyo papel es, precisamente, intervenir y accionar en fenómenos como este”.
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