Las imágenes de una construcción en una empresa estatal cubana ha desatado críticas y burlas en las redes sociales.
En el Centro de Desarrollo Azucarero (CDA) de La Habana, perteneciente al Grupo Empresarial Azucarero (AZCUBA), se emplazó una especie de "instalación artística", con la figura de un hombre que al parecer intenta semejar a un esclavo.
Junto a él, trabajadores del organismo levantan un bohío de tablas y techo de guano.
El conjunto se alza delante del edificio del CDA, un inmueble moderno de varios pisos con numerosos ventanales de cristal.
Se trata, según explica el CDA en su muro de Facebook, de una sala de Historia creada para dar una mejor visualidad y confort a la instalación.
"¿Alguien me explica de qué se trata? ¿Un bajareque al lado de un edificio moderno contemporáneo?", preguntó Apropia Estudio, un estudio de arquitectura y diseño de interiores.
"Creo que es estilo arquitectónico: ¡matador! Bonito, apuesto y todo lo demás...", se burló Yulieta Hernández Díaz, una ingeniera civil.
"Es una unión de lo antiguo con lo moderno", ironizó otro internauta.
"Para mí no pega ese bohío y ese indio frente a un edificio moderno que además adentro está equipado con la más alta tecnología", cuestionó una habanera.
En otra publicación, Hernández Díaz comentó que por trabajos de construcción como esos, es que es necesario modificar el decreto 49/2021, que regula las actividades que realizan las micro, pequeñas y medianas empresas privadas, las cooperativas no agropecuarias y los cuentapropistas.
"Ni bonito, ni apuesto, pero de seguro un muy bajo presupuesto. A veces las instituciones con presupuestos bajos y un directivo cuadrado terminan haciendo estás barbaridades que son bien común en nuestro país, pero muchas veces no depende de la constructora si no de los bajos recursos, bajo presupuesto y poca materia gris de los que mandan", comentó un joven.
"Una combinación que rompe totalmente con el entorno poco armonioso existente, consecuencia de una combinación de bajo presupuesto con mal gusto", aseguró un cirujano.
Son numerosos los daños al entorno urbano que causan los organismos y empresas estatales con sus diseños errados o estrambóticos o sus fallas o mala praxis en la ejecución de las obras.
Otras veces se destruye el patrimonio cultural de la nación con reparaciones o reformas constructivas mal hechas.
Así sucedió en junio pasado en Cienfuegos, donde la empresa estatal de Recursos Hidráulicos dañó un emblemático mural del artista visual Leandro Soto, ubicado en el Prado de la ciudad.
Escritores, artistas y habitantes de esa provincia lamentaron el destrozo irreparable causado en la pared en que está pintando el mural, a la que los trabajadores hidráulicos cayeron a martillazos "con alevosía y premeditación", según una testigo.
Por esos días, un arquitecto cubano radicado en Berlín señaló la presencia de "puntos oscuros" en la construcción del hotel más alto de Cuba, ubicado en el habanero barrio de El Vedado y perteneciente al conglomerado empresarial militar de GAESA.
Rafael Muñoz calificó la obra como una construcción "al trozo modo" o chapucería, y compartió fotos de los defectos constructivos de mayor y menor consideración, así como de las violaciones de las medidas de seguridad e higiene del trabajo.
Además del irrespeto a las leyes urbanísticas, del uso de materiales equivocados y del altísimo costo, Muñoz citó defectos que se ven en la estructura de hormigón y que podrían afectar la calidad de la obra, lo cual contribuiría a la rápida oxidación del acero usado en la armazón.
"¿Dónde están las protecciones y señalizaciones con los colores correspondientes para los trabajadores? ¿Por qué se colocan solamente una malla en los pisos altos y no en todo el edificio como corresponde y prevén las normas cubanas? ¿Hay que esperar a que alguien caiga al vacío para lamentar la pérdida, culpar al bloqueo y prometer una investigación de algo que se ve a simple vista antes de que pase?", cuestionó también.
En marzo del año pasado, cubanos residentes en una cuartería de Camagüey denunciaron las chapucerías que dejó una brigada de constructores del gobierno que restauró el edificio.
Tras las acciones de restauración hechas en 2021 en la edificación, los vecinos denunciaron que hubo violaciones en las normas técnicas para la reparación de inmuebles, despilfarro de recursos y que no se hicieron chequeos de la obra ni se entregó certificación de idoneidad.
Los constructores dejaron filtraciones, paredes agrietadas, pisos desnivelados, falta de instalaciones eléctricas, carpintería quebrada, ausencia de herrajes en sistemas hidráulicos, entre otras chapucerías.
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