El vecindario de Coconut Grove, en Miami, atesora un palacete de inicios del siglo XX, con jardines inspirados en el Renacimiento italiano. En sus orígenes fue conocido como la Villa Vizcaya y en la actualidad es una institución cultural insigne, el Vizcaya Museum and Gardens.
La Villa Vizcaya tiene sus orígenes en la primera década del siglo XX, cuando el empresario estadounidense James Deering (1859 – 1925) construyó su residencia de invierno a orillas de la Bahía de Biscayne.
En esta época no era fácil obtener materiales de construcción en Florida. La Villa Vizcaya se levantó con rocas calizas traídas desde Cuba. Deering puso tanto cuidado en cada detalle de este palacete que el edificio y sus jardines se convirtieron, medio siglo después, en un conjunto monumental de valor patrimonial.
Historia de la Villa Vizcaya
La propiedad original era un terreno de 180 acres de manglares costeros y bosques tropicales. Todo fue transformado por la mirada integradora de tres hombres que se esforzaron en cumplir los caprichos estéticos del millonario. El primero de ellos fue el diseñador Paul Chalfin.
Chalfin conoció a Deering en 1910 y mantuvieron una larga relación de amistad. Lo acompañó en sus viajes por Europa, adquiriendo muebles, obras de arte y objetos de gran valor que en la actualidad forman parte de la colección del museo.
Fue él quien pidió al arquitecto estadounidense Francis Burrall Hoffman, el diseño de la fachada de la casa principal, influenciado por el Renacimiento italiano y los estilos mediterráneos. Burral comenzó el proyecto de la Villa Vizcaya en 1912 y lo abandonó en 1917, un año después de haber terminado la mansión.
La tercera figura importante fue el arquitecto paisajista colombiano Diego Suárez, encargado de integrar los extensos jardines con el paisaje natural de bosques y la comunidad singular que creció en su cercanía.
Deering comenzó a vivir en Villa Vizcaya en 1916, aunque la construcción y los jardines se concluyeron hacia 1923. Las obras tuvieron un coste total de 15 millones de dólares y trabajaron en ellas cerca de 1.000 obreros.
James Deering y sus exóticos placeres
Los historiadores cuentan que Deering tuvo una entrada triunfal en su mansión. Llegó a su precioso hogar en la noche de Navidad de 1916, navegando en el Nepenthe, su yate de lujo. Desde entonces cada año iba a Florida para pasar los inviernos.
La mansión fue decorada con esculturas grecorromanas, refinados muebles y una excelente colección de obras de arte.
A pesar de tantas riquezas y lujos, Deering era un hombre muy reservado. Lo poco que se conoce de su vida íntima está custodiado por el Archivo del museo, en su colección de cartas, telegramas y documentos personales.
El millonario filántropo y conservacionista, estaba orgulloso del proyecto que había logrado. Sin embargo, no pudo disfrutar mucho tiempo de su mansión. Murió en el barco de vapor SS City of Paris, en septiembre de 1925, cuando regresaba de un viaje desde Europa a Estados Unidos.
La mansión de Vizcaya y el inexorable paso del tiempo
La mansión fue heredada por las dos sobrinas de Deering, Marion Deering McCormick y Barbara Deering Danielson, quienes no lograron mantenerla. La casa, sus jardines y terrenos, exigían constantes gastos por su cercanía al mar.
Además, los huracanes afectaron la mansión y según pasaba el tiempo debían hacer cuantiosas inversiones para salvar la propiedad. En la década de 1940 decidieron vender gran parte de las tierras a la Arquidiócesis Católica.
Finalmente, en 1952, la casa y los jardines fueron adquiridos por el Condado de Miami-Dade, por solo 1 millón de dólares. Posteriormente desarrollaron importantes proyectos de restauración en la propiedad y comenzó a funcionar como museo. En 1994 se convirtió en Monumento Histórico Nacional.
Vizcaya Museum and Gardens
Toda el área ocupa unos 50 acres. La casa principal tiene 45,225 pies cuadrados. En total son 54 habitaciones, de ellas 34 han sido decoradas y están abiertas al público. Hay también una zona de servicio en el sótano, que en sus orígenes estuvo destinada a alojar la infraestructura eléctrica, almacenes y habitaciones para el personal.
En la actualidad se mantienen algunas de esas funciones y se crearon oficinas para los trabajadores del museo. Además, en esta zona están los archivos, las colecciones de arte y los talleres de restauración.
Las estancias abiertas al público tienen una mezcla de estilos. Los visitantes deben tener mucho cuidado con cada cosa que toquen. Todos los elementos de la casa están cargados de valor histórico y cultural.
El inmueble ha sido sede de importantes eventos como la reunión entre el presidente Ronald Reagan y el Papa Juan Pablo II durante su primera visita a Miami, o la primera Cumbre de las Américas.
El museo organiza eventos al aire libre, clases gratuitas de yoga, ferias de productos agrícolas de proximidad, exposiciones de arte, conciertos y muchas actividades más. Está relativamente cerca del centro de la ciudad de Miami.
La organización sin fines de lucro Vizcaya Museum and Gardens Trust gestiona el edificio principal y sus zonas aledañas, aunque este conjunto es propiedad del Condado de Miami-Dade.
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