La lituana Suly Chenkin, de 81 años, es de esas personas en este mundo que puede asegurar que “vivió para contarlo”, porque logró escapar del holocausto nazi y de la revolución de Fidel Castro, según contó a medio local de Florida.
Chenkin relató este fin de semana en una entrevista con la Voz de América en Miami que, tras la invasión de los nazis a Lituana, vivió en un gueto para judíos, junto a sus padres, hasta que tuvo tres años de vida.
Luego sería entregada por sus papás a otra familia judía ortodoxa para que pudiera sobrevivir. La sacaron en un saco de papas del gueto donde vivían el 11 de mayo de 1944 y no los volvió a ver hasta tres años después.
“Mis padres fueron enviados a dos campos de concentración distintos, ella a Polonia y él a Alemania”, contó Chenkin.
Al poco tiempo, dijo, sus padres también serían liberados y tras una larga travesía, “saltando de un tren a otro”, la familia pudo reencontrarse.
A Cuba llegaron en febrero de 1947 porque los hermanos de su padre allí se habían asentado huyendo de los nazis. “Cuba acabó siendo un auténtico refugio, el paraíso más grandioso de mi vida”, subrayó Suly.
En la isla aprendió hablar en perfecto español y graduarse en la Universidad de La Habana hasta que tuvo que volver a huir en julio de 1960 hacia Estados Unidos, tras la revolución de Fidel Castro.
Dijo que el temor a que esa revolución hiciera aún más estragos en su familia hizo que su padre le comprara un billete de avión para que ella se fuera hacia Miami.
“Mi padre me dijo que esa semana me iría del país en un vuelo hacia Florida. Recuerdo que mis padres estaban tras un cristal en el aeropuerto, los miré y pensé en que ellos estaban pasando otra vez por esa misma situación, la de enviarme otra vez fuera para salvar mi vida”, recordó.
Para Suly este recuento de su vida es “para que no se vuelva a repetir”.
“Nunca hablé de esto y todas mis amistades de Cuba sabían que yo había venido de Europa, que había pasado la guerra, pero no sabían los detalles”, dijo.
Chenkin desde hace varios años, lidera The Butterfly Project (Proyecto Mariposa), que integran sobrevivientes del holocausto en Estados Unidos para dar charlas en escuelas de todo el país para dar a conocer su experiencia.
Se comprometieron a contar su historia “las veces que haga falta”, porque consideran que la sociedad no puede ser ignorante ni indiferente con lo que pasa en el mundo.
“Siempre cuento que en el mundo hay gente que es muy mala, pero también hay un grupo mayor de gente que es indiferente y eso es lo que causa que pasen las cosas que pasan”, concluyó Suly.
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