El llamado juicio de Londres, donde se dirime si el fondo de capital de riesgo CRF I Limited es un acreedor legítimo de una deuda cubana por $75 millones de dólares, finalizó este jueves pero el fallo de la justicia británica podría tardar meses.
El juicio por esa deuda contraída por Cuba desde hace 30 años se celebró en las últimas dos semanas en el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales y fue presidido por la jueza británica Sara Cockerill.
Ahora la magistrada deberá decidir si la compañía, calificada por el régimen cubano de "fondo buitre", adquirió legalmente una deuda impagada de la época de Fidel Castro y puede reclamar sus intereses a la isla.
"No deben esperar oír de mí muy pronto", advirtió Cockerill al término de la audiencia final, con lo cual dio a entender que dada la complejidad del caso el anuncio de su fallo podría tardar meses, según reportó la agencia AFP.
El juicio incluyó el testimonio de un exbanquero encarcelado y acusaciones de soborno, así como la afirmación de Cuba de que no autorizó traspasar esa deuda comercial a CRF, explicó el medio de prensa, presente en la corte.
"Los documentos de la corte, que no son otra cosa de las transcripciones de la sesión final, indican que la decisión del juicio queda sujeta a qué valor jurídico se considere predominante: 1) la buena fe y los actos apropiados de CFR para merecer la aceptación del BNC como su nuevo acreedor o 2) la ley cubana como rectora de la capacidad legal del BNC para aceptar a un nuevo acreedor de deuda pública externa", dijo a CiberCuba Arnaldo M. Fernández, abogado y analista legal.
CRF adquirió durante años una cartera de deuda evaluada en $1,300 millones de dólares, de la cual reclama el pago de una fracción de $75 millones de deuda vencida.
Específicamente, reclama dos créditos contraídos por el Banco Nacional de Cuba (BNC) en 1984, cuando aún ejercía como Banco Central, con Crédit Lyonnais e Istituto Bancario Italiano, señala la agencia de noticias.
En esa época los créditos fueron contratados en marcos alemanes, y correspondían a unos $15 millones de dólares, pero tras el paso de los años ahora superan $75 millones con intereses, sostiene la parte demandante.
Dice CRF que adquirió los derechos de los créditos en 2019 a ICBC Standard Bank, filial británica del Banco Industrial y Comercial de China.
El ministro de Justicia de Cuba, Oscar Silvera Martínez, quien llegó a Londres para participar en las audiencias finales del litigio, reiteró en declaraciones a la prensa oficial cubana los argumentos de la defensa.
"CRF es un fondo buitre, no es nuestro acreedor, ni nunca lo ha sido. CRF lo que ha hecho es intentar apropiarse de posiciones de deuda cubana mediante actos ilícitos. El desarrollo de las audiencias durante todos estos días no cambia nada de lo anterior", manifestó el funcionario.
Sin embargo, documentos de la corte consultados por el medio independiente Diario de Cuba indican que los abogados de CRF rebatieron las alegaciones del régimen cubano. La Habana ha basado su defensa en desacreditar a su acreedor, así como el procedimiento por el cual este habría conseguido adueñarse de la deuda.
Los abogados Jawdat Khurshid y Andrew Pearson, representantes de CRF, explicaron con pruebas cómo el fondo se hizo con la deuda cubana.
Los documentos presentados durante la audiencia ubican la creación del fondo en 2011 bajo las leyes de Islas Caimán para adquirir la deuda de Cuba, con la motivación de que Raúl Castro había manifestado interés en retornar a los mercados financieros y renegociar la deuda externa que Fidel Castro calificó de "impagable" desde 1986.
CRF adquirió una cartera de deuda soberana cubana valorada en 188 millones de euros para el 31 de marzo de 2016, y en 1,200 millones para el 26 de noviembre de 2017.
En las pruebas documentales consta que CRF envió cartas a Raúl Castro y a varios funcionarios cubanos invitándolos a establecer negociaciones en nombre del país, e incluso el Club de Londres fue creado a instancias de la compañía para impulsar esa negociación, pero el gobernante no respondió a ninguna de las solicitudes.
En cambio, La Habana sí reestructuró su millonaria deuda con el Club de París, en un intento por recuperar la credibilidad crediticia internacional, recordó DDC.
Si CRF gana esta demanda podría abrir la puerta a nuevos juicios por miles de millones de dólares en préstamos que el difunto Fidel Castro incumplió a finales de los años 80 del pasado siglo.
El fondo dice que preferiría evitar un largo y costoso juicio para "llevar a Cuba a la mesa de negociación", luego de que las autoridades cubanas rechazaran una oferta de reducción del 60% de la reclamación.
Por su parte, si CRF pierde no se extinguirá la deuda, sino su derecho a reclamarla en nombre de los acreedores originales: Credit Lyonnais Bank Nederland e lstituto Bancario Italiano.
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