El policlínico José Martí, situado en el centro de la ciudad de Camagüey, cerró sus puertas ante el inminente peligro de derrumbe.
Debido a ello fue preciso trasladar todos sus servicios a otros centros, con la consiguiente molestia que ello trae a la población, que ahora deberá caminar distancias más largas para atenderse.
El servicio de atención a la prematuridad y ultrasonido se realizará en el centro ubicado en el consejo popular Previsora, junto a las consultas de alergia; los casos de proyección comunitaria se atenderán en los consultorios de la familia y el laboratorio clínico funcionará en la Unidad de Higiene y Epidemiología.
Las consultas de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y su laboratorio provincial pasan al policlínico Ignacio Agramonte; los pacientes diabéticos con úlceras en sus pies serán asistidos en el Centro de Salud Mental, y las personas en trámites de licencias de conducción o con citas de oftalmología y refracción se verán en la calle de Padre Valencia, al lado del teatro Principal.
Según Michel Alfonso Figueroa, director de Salud en el municipio, lo que más insatisfacción causa es la falta de un local dentro del casco histórico donde funcione un cuerpo de guardia para urgencias, máxime cuando en esa zona residen más de 30,000 personas, muchas de más de 60 años.
Por ahora, quienes precisen de este servicio vital tendrán que ir a los policlínicos Ignacio Agramonte o Rodolfo Ramírez Esquivel.
El policlínico José Martí fue reparado hace 18 años y brinda atención a todas las especialidades médicas, incluido un quirófano para cirugías menores.
El funcionario reveló al periódico Adelante que el gobierno destinó alrededor de 23 millones de pesos para su reconstrucción, que durará un año como mínimo y estará a cargo de la Oficina del Historiador de la Ciudad.
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