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El cierre de tres fábricas de conservas en Santiago de Cuba y la situación crítica de la única que sobrevive ha afectado la disponibilidad de las compotas de frutas entregadas en la canasta básica normada para los niños.
La única empresa que actualmente produce, El Caney, requiere una inversión millonaria que permitiría retomar la línea de fabricación de compota de mango fortificada con hierro y vitamina C, pues solamente genera una décima parte de la producción que lograba en 2012, según trascendió en una nota del diario local Sierra Maestra.
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"De la citada línea de compota apenas quedan fotos de archivo, tampoco existe disponibilidad de tanques asépticos, la obsolescencia se ha apoderado de la tecnología industrial, y al recibirse solamente 1,406 toneladas, el pasado 2022 clasifica como uno de los peores en el procesamiento del mango.", precisó el texto.
Zoe Hernández Silegas, directora de la Empresa de Conservas de Frutas y Vegetales, añadió que la carencia de cajas de madera, "cajas paletas" y de "parles"; el insuficiente transporte y las limitaciones de combustible para cubrir las rutas de acopio han afectado la recolección de frutas en el campo, imprescindibles para la elaboración del alimento.
Aunque se obtuvieron el total 710 toneladas de pulpa y se priorizaron las compotas, el puré de frutas, los jugos y el néctar, la demanda de la población asciende a más de 730 toneladas de compota mensuales para la canasta básica y "el consumo social en la nación".
La empresa, además, debió, además, "apoyar" la producción de compotas de otras provincias y destinó 88 toneladas para las industrias de Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Granma.
"Sobre estos últimos territorios se conocen las dificultades afrontadas, en el primero, por la fábrica La Estancia, con la importación de las cajitas Osito, y los dos restantes constituyen un vivo ejemplo del cruzamiento que tanto daña a la economía nacional, pues hasta ellos se transporta, primero la pulpa santiaguera, y luego se impone traer las compotas de Guantánamo y esta provincia", refirió el medio.
Ante roturas o mantenimiento de la obsoleta tecnología del Caney, las toneladas de fruta se envían a Tropical-Contramaestre S.A., para su procesamiento, una empresa de capital mixto que cuenta con lo necesario para el procesamiento de las frutas.
Muchas madres cubanas han lamentado la interrupción de la venta de compotas para niños desde el pasado año, en medio de la crisis alimentaria y de la alarmante inflación en el país.
La falta de envases y la vetusta tecnología que paraliza las fábricas han impedido ofrecer en las bodegas y en la red de comercios estatales este componente alimenticio para los más pequeños.
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