A 13 años de la muerte en huelga de hambre del preso político cubano Orlando Zapata Tamayo, su madre, Reina Loyna Tamayo, sigue pidiendo que este crimen del régimen de La Habana no quede impune.
"Trece años después aquí estamos batallando y siempre pidiendo justicia, siempre la justicia, que la justicia a veces tarda, pero tiene que llegar para esos asesinos", dijo la mujer en declaraciones a Radio Martí.
El opositor pacífico murió el 23 de febrero de 2010 a los 45 años tras pasar 86 días en huelga de hambre. Pedía mejores condiciones en la cárcel y el cese de las brutales golpizas y torturas a que era sometido.
Tamayo, que ahora reside en Kentucky, comentó a la citada emisora que su hijo nunca se puso el uniforme de preso común y como represalia fue llevado a celda de castigo y sometido a abusos y golpizas por los guardias de las cárceles de Holguín y Camagüey, donde estuvo detenido.
Una salvaje patada de uno de los guardias de la prisión en Holguín en su cabeza, que le provocó un hematoma interno que requirió cirugía, fue el último acto violento que luego lo llevó a iniciar y mantener hasta sus últimas consecuencias en la prisión Kilo 8 de Camagüey la huelga de hambre con la que puso fin a su vida.
El 3 de diciembre Zapata dejó de ingerir alimentos y el gobierno cubano no hizo nada para impedir que muriera, más bien manipuló la protesta para que la población del país creyera que todo era un performance conveniado con el exilio de Miami.
Tras más de dos meses en huelga y las presiones de los opositores, activistas de la sociedad civil cubana y la comunidad internacional, el régimen cubano decidió trasladarlo al hospital de la Prisión Combinado del Este en La Habana, pero allí no había condiciones para atender su estado y al final de su agonía fue llevado para el hospital Hermanos Ameijeiras, donde falleció.
"Lo asesinaron porque no lo pudieron doblegar como tampoco pudieron doblegar a otros hermanos como Oswaldo Payá, Harold Cepero, a la Dama de Blanco, Laura Pollán. Como no pudieron doblegarlo, pues lo asesinaron. No ha sido fácil este sufrimiento", dijo la madre.
Orlando Zapata Tamayo fue encarcelado en 2003 durante los sucesos de la "Primavera Negra" de Cuba y condenado en mayo de 2004 a tres años de privación de libertad.
Sin embargo, en prisión el régimen le sumó varias penas por su activismo político, por lo que llegó a acumular 36 años de condena por los cargos de desobediencia, desacato y protestas a favor de los derechos humanos.
Su muerte conmocionó a la comunidad internacional, que lanzó una campaña bajo la etiqueta OZT: yo acuso al gobierno cubano, en la que se reclamó la liberación de todos los presos políticos cubanos.
El legado de resistencia de Zapata Tamayo se replica en cada prisión cubana donde hay actualmente más de 1000 presos políticos.
"Gracias a todos los que conmemoran y siempre se recuerdan de mi hijo, siempre vivirá Orlando Zapata", dijo su madre a Radio Martí.
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