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Nidia Ávila, vecina de Florida, Camagüey, criticó a las autoridades cubanas por negar ayudas a su hija y nietos, quienes carecen de una vivienda, entre otras cosas.
La hija de Ávila tuvo trillizas en febrero en el hospital materno de esa provincia, donde continúan ingresadas, y desde entonces no ha podido comprar ni los colchones ni la canastilla que le corresponden y las pocas ayudas recibidas las ofreció la Iglesia Adventista del Séptimo Día en su municipio.
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"El único módulo que nos avisaron para comprar valía por las tres niñas 10 mil pesos. ¿De dónde sacar ese dinero si fuimos avisados de un día para otro", escribió la mujer en su cuenta de Facebook.
La situación de la muchacha es mucho más compleja, porque además de las trillizas, tiene otros tres hijos menores de edad que están creciendo sin tener un hogar, y aunque han pedido ayuda a las autoridades del gobierno local, esta les ha sido negada.
"La única respuesta que recibí del compañero Enrique es que él me hacía la vivienda de madera y donde él quiera, porque es el jefe. No estamos pidiendo una mansión para esos niños, sino un techo donde puedan vivir sin preocupación y estén protegidos en tiempo de ciclón", agregó la abuela de los menores.
De acuerdo con la versión de Ávila, ninguna institución estatal se ha acercado a ellos para conocer sus necesidades y no saben a quién acudir para que les ayuden a solucionar el problema.
"¿Dónde quedó el concepto de Revolución?", acotó.
CiberCuba no ha podido contrastar esta información con fuentes oficiales y la Oficina de Atención a la Población de Florida no ha respondido los mensajes enviados.
No es la primera vez que una familia con trillizos denuncia la falta de atención de autoridades cubanas y los maltratos de funcionarios.
Yurisleidis Remedios Lemes, natural de Santiago de Cuba, denunció públicamente al gobierno cubano en varias ocasiones de 2022.
En agosto del pasado año exigió al gobierno la asignación del servicio de gas licuado para cocinarle a sus hijos. La respuesta fue que cocinara con carbón, a pesar de que ella es alérgica, asmática y tiene problemas respiratorios.
Meses más tarde la querían multar con 600 pesos por no presentar una declaración jurada en la oficina Nacional de la Administración Tributaria (ONAT).
Por esa fecha también criticó el colchón manchado y sucio que le entregaron en Asistencia Social, además del acoso de las autoridades, que grabaron y tiraron fotos "como si fuera una ladrona".
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