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Vecinos de las calles Marqués González y Virtudes, en La Habana, sufren de tupiciones albañales desde hace meses y aunque han hecho gestiones con las empresas estatales y entidades del gobierno para solucionar el problema, continúan viviendo "una situación insostenible".
"Hemos ido a todos los lugares pertinentes, y sin respuesta ni solución. El delegado visitó mi casa y tampoco se pudo hacer nada. El resultado de la segunda visita a Aguas de La Habana volvió a quedar en manos de nadie", aseveró Damián Félix San Martín Espanech, a través de una carta que envió al periódico oficialista Juventud Rebelde.
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A pesar de los disímiles reportes y solicitudes, el problema sigue sin solución, por lo que el nivel de las aguas negras sube cada vez que llueve.
"Salen hasta por la taza del inodoro, y por la poceta del baño. Y así sucede en una parte de la cuadra", comentó el afectado.
San Martín Espanech mostró preocupación por la salud de los menores, ancianos e impedidos físicos que viven en la zona, y por quienes se dirigen al Hospital "Hermanos Ameijeiras" y tienen que transitar por allí.
"Ya se ha perdido la cuenta del tiempo que llevamos padeciendo este problema. No sabemos a dónde dirigirnos, o cuánto más debemos esperar", acotó.
Las aguas albañales son extremadamente peligrosas por la presencia de organismos patógenos, que provienen mayormente del tracto intestinal.
"Entre las principales enfermedades causadas por virus presentes en las aguas residuales están: poliomielitis, hepatitis infecciosa, entre otras, y la presencia de microorganismos producen enfermedades como disentería amebiana, bilharziasis, entre otras", escribió el ingeniero químico y periodista Héctor Rodríguez Pimentel, en la página IAGUA.
En 2017 había 5,292 kilómetros de alcantarillado en Cuba y solo el 47 % de las aguas albañales recibían tratamiento, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
Aunque no es un problema reciente, en los últimos tiempos es cada vez más frecuente ver denuncias de ciudadanos cubanos que señalan a empresas estatales de saneamiento de no ofrecer un servicio de calidad que se corresponde con sus demandas.
Odalys Morell, residente en La Habana, denunció que el "peloteo" institucional y la falta de sensibilidad de los funcionarios no solo los obliga a vivir en una situación insalubre, sino que pone en riesgo la salud de su hija, que está embarazada.
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