La activista Marisol Peña Cobas, esposa del opositor José Luis Acosta Cortellán, se plantó este lunes en una plaza pública de Camagüey para exigir su liberación tras la arbitraria detención sufrida por ambos el domingo cuando iban de camino a la iglesia Las Mercedes.
En una directa de sus redes sociales, Peña Cobas explicó lo sucedido este domingo, cuando ella y su esposo fueron detenidos violentamente por la policía. Según contó, ambos iban en una bicicleta cuando fueron interceptados por una patrulla que les dio el alto y se les echó encima.
Lo más leído hoy:
Para no caer bajo sus ruedas, el opositor maniobró hasta que se sintió a salvo, un gesto que los represores del régimen interpretaron como desacato y que sirvió de pretexto para detenerlos violentamente en las inmediaciones de la Plaza Méndez, con golpes incluido.
Luego de permanecer detenidos por más de cinco horas, la Seguridad del Estado (DSE) dejó en libertad a Peña Cobas, pero retuvo a Acosta Cortellán en la 2ª. unidad de la policía de Camagüey, acusándole del supuesto delito de “desobediencia”, según Radio Televisión Martí.
“A unas cuadras de mi casa, en la plaza Méndez, vemos una patrulla y un agente de la Seguridad [del Estado] nos dice que nos detengamos, pero la patrulla nos acorrala y nos va comprimiendo contra el andén y José no puede parar porque, si para, quedamos debajo de las ruedas de la patrulla. Cuando ya logramos estabilizarnos, paramos y nos agarraron, golpearon y nos llevaron para la 3ª. Unidad en Montecarlo”, refirió la activista al citado medio.
Peña Cobas insistió en la inocencia de su esposo y en la voluntad de fabricar cargos contra él, y denunció el riesgo para la integridad física de ambos que supuso la violenta detención practicada por la DSE.
“José no se detuvo porque, si se detiene, caemos debajo de la rueda del carro de policía. Casi nos tumban, casi nos pasan por arriba”, afirmó. Antes de liberar a Peña Cobas, los represores le levantaron un acta de advertencia y le amenazaron de muerte.
Al ver que su esposo quedaba detenido injustamente, la activista decidió plantarse en la Plaza del Gallo, frente a Iglesia de Nuestra Señora de la Soledad, con un cartel exigiendo la liberación de su esposo. Peña Cobas afirmó que no se movería de allí hasta que Acosta Cortellán estuviera en libertad.
“Me dijeron que no podía ir más a la iglesia porque yo a la iglesia iba a comulgar en contra del comunismo; que me fuera del país, porque esta era la última que me iban a dejar pasar. También me preguntaron que si el pueblo volvía a salir a las calles, que si yo iba a salir, les contesté: ‘si el pueblo vuelve a salir, claro que voy a salir”, relató la activista.
Aunque Peña Cobas estuvo arropada por otros activistas que le mostraron su solidaridad, incluidos los sacerdotes Castor Álvarez (detenido y golpeado el 11J) y Montes de Oca, que se acercaron a mostrarle su afecto e interés, la mujer se dolió de la indiferencia de otros muchos camagüeyanos.
“En Camagüey no queda un opositor y el pueblo tiene tanto miedo que se muestra indiferente”, expresó, dibujando un panorama de miedo y apatía en la sociedad civil tras la ola represiva desatada a raíz de las históricas protestas del 11J, y la salida del país de cientos de miles de cubanos que ha caracterizado a la mayor crisis migratoria de la historia de Cuba.
Durante su directa desde el parque donde permanece plantada, Peña Cobas denunció la presencia de represores en torno a ella en la Plaza del Gallo. “Hay movimientos raros de personas vestidas de civil y patrullas de la policía. Se ponen enguatadas, nasobuco, gafas, para que no los reconozcan”, señaló.
Por su activismo, el matrimonio de Peña Cobas y Acosta Cortellán es objeto de represión desde hace años. En diciembre de 2020, ambos fueron arrestados con extrema violencia por la policía en mitad de una plaza en Camagüey.
Poco antes, en noviembre, la activista, su esposo y otro opositor más se sumaron a la huelga de hambre iniciada por el Movimiento San Isidro (MSI) para exigir la liberación del rapero Denis Solís y el cierre de las tiendas MLC por parte de las autoridades del régimen cubano.
En enero de este año, Peña Cobas utilizó sus redes sociales para denunciar la crítica situación de la sanidad pública en Cuba, luego de que a su esposo le inmovilizaran la pierna con una pieza plástica de una lámpara de “luz fría”, en lugar de hacerlo con una escayola.
Archivado en: